SAN PEDRO DE MERIDA: Los langostinos, en el mar estaban y ya pedían vino.

Los amigos de mis enemigos son mis amigos.

Los brazos pronto se cansan, cuando las muelas descansan.

Los extremos nunca son buenos.

Los hijos de Verdolé, que le enseñan a su padre a joder.

Los langostinos, en el mar estaban y ya pedían vino.