A cada cajón, su aldabón.
A cada necio agrada su porrada.
A cada Santo le llega su hora.
A canas honradas no hay puertas cerradas.
A carne mala, buena salsa.
A catarro gallego, tajada de vino.
A celada de bellacos, más vale por los pies que por las manos.
Acertó a mear el buey en la calabaza.
Acoge lo provechoso y no admitas lo dañoso.
A cordero extraño no agasajes en tu rebaño.
A cuenta del tío rico trabajaba Perico.
Adiós, Blas y que Dios te lo pague, ya te vas.
Donde el corazón camina, el pie se inclina.
Adonde se cree que hay chorizos, no hay clavos donde colgarlos.
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