EL CANTO DE LOS ROMEROS
Para Garbiñe, de San Pedro de Mérida
Si muero por tú belleza,
Y tú amor me roba el sueño.
Le cantaré a mí morena,
Los fandangos del romero.
Yo soy nacido en San Pedro,
Con la pana y el chaleco.
Con la cara tinta en bronce,
Con el sombrero reseco.
Y los gitanos del río,
Con voz de arena y lamento.
Todos cantaban lo mismo,
Despeinados por el fuego.
El amor triste de noche,
Se hizo suspiro flamenco.
Y suenan los fandanguillos,
Tocando palmas de hierro.
Por carreteras sin sombra,
Caminos y vericuetos.
Camina la savia fuerte,
De los sonidos de viento.
En fraguas de los herreros,
Donde nacen los espadas.
Allá en los cosos redondos,
Donde mueren los toreros.
Donde fuera en el camino,
Debajo de un limonero.
Están cantando fandangos,
Unos gitanos hambrientos.
Entre adelfas y jaras,
Con olores de romero,
Allí cantaba Cachuela,
Su copla de amor al viento.
Sí muero por tú belleza,
Y tú amor me roba el sueño.
Le cantare a mí morena,
Los fandangos del romero.
Porque es bonita de vista,
Y su gracia suena al viento,
Porque cuando está llorando,
Me queman sus ojos negros.
Todos cantaban lo mismo,
Despeinados por el fuego.
Quien la llevará a la feria,
Cantando coplas al viento.
Los fandangos de mí amor
Tienen su ritmo en el pecho,
La doncella que me quiera,
Que rece al amor y al cielo.
Autor: Críspulo Cortés
El Hombre de la Rosa
Para Garbiñe, de San Pedro de Mérida
Si muero por tú belleza,
Y tú amor me roba el sueño.
Le cantaré a mí morena,
Los fandangos del romero.
Yo soy nacido en San Pedro,
Con la pana y el chaleco.
Con la cara tinta en bronce,
Con el sombrero reseco.
Y los gitanos del río,
Con voz de arena y lamento.
Todos cantaban lo mismo,
Despeinados por el fuego.
El amor triste de noche,
Se hizo suspiro flamenco.
Y suenan los fandanguillos,
Tocando palmas de hierro.
Por carreteras sin sombra,
Caminos y vericuetos.
Camina la savia fuerte,
De los sonidos de viento.
En fraguas de los herreros,
Donde nacen los espadas.
Allá en los cosos redondos,
Donde mueren los toreros.
Donde fuera en el camino,
Debajo de un limonero.
Están cantando fandangos,
Unos gitanos hambrientos.
Entre adelfas y jaras,
Con olores de romero,
Allí cantaba Cachuela,
Su copla de amor al viento.
Sí muero por tú belleza,
Y tú amor me roba el sueño.
Le cantare a mí morena,
Los fandangos del romero.
Porque es bonita de vista,
Y su gracia suena al viento,
Porque cuando está llorando,
Me queman sus ojos negros.
Todos cantaban lo mismo,
Despeinados por el fuego.
Quien la llevará a la feria,
Cantando coplas al viento.
Los fandangos de mí amor
Tienen su ritmo en el pecho,
La doncella que me quiera,
Que rece al amor y al cielo.
Autor: Críspulo Cortés
El Hombre de la Rosa
