Para Purificación y Francisco.
Un día cualquiera había salido mi hijo Marcos de mi
casa camino del
colegio y no volvió.
Un
coche había atropellado sus doce años.
Fue una tragedia que me afecto y me traumatizo hasta hoy.
Ahora Marcos es
feliz y está casado y eso me obliga a serlo a mí también.
El Alma purificadora esta con todos vosotros y os ayudará en el camino que os queda por andar.
El Hombre de la Rosa