AÑORANZA:
Nací en Mérida allá por los años de 1940, nací en los Pabellones militares y me bautizaron en Santa Eulalia, después viví en la calle Concordia y con solo dos a tres años me llevaron a Cáceres, cuando pude volver ya tenía 26 años y estaba casado. Después he vuelto en otras ocho ocasiones más.
Las primeras veces al volver a Mérida, me daba una enorme pena y desilusión, ver tanto patrimonio pisoteado por todo el mundo. En visitas posteriores, vi que por fin cercaron y cuidaron la zona del anfiteatro y circo y más adelante vi otros monumentos protegidos. Di gracias a Dios de que tanta riqueza se conservara al fin y que además estuviera a la vista en su maravilloso museo.
La última vez que fui, hace ya más de cinco años, no pude visitar Santa Eulalia, estaba horadada, estaban haciendo escavaciones en el subsuelo de su interior y tampoco pude encontrar las casas o al menos el lugar de los Pabellones militares en donde nací.
Ardo en deseos de volver y dedicarle un tiempo tranquilo de paseos, visitas para llenar mi espíritu de Mérida.
Nací en Mérida allá por los años de 1940, nací en los Pabellones militares y me bautizaron en Santa Eulalia, después viví en la calle Concordia y con solo dos a tres años me llevaron a Cáceres, cuando pude volver ya tenía 26 años y estaba casado. Después he vuelto en otras ocho ocasiones más.
Las primeras veces al volver a Mérida, me daba una enorme pena y desilusión, ver tanto patrimonio pisoteado por todo el mundo. En visitas posteriores, vi que por fin cercaron y cuidaron la zona del anfiteatro y circo y más adelante vi otros monumentos protegidos. Di gracias a Dios de que tanta riqueza se conservara al fin y que además estuviera a la vista en su maravilloso museo.
La última vez que fui, hace ya más de cinco años, no pude visitar Santa Eulalia, estaba horadada, estaban haciendo escavaciones en el subsuelo de su interior y tampoco pude encontrar las casas o al menos el lugar de los Pabellones militares en donde nací.
Ardo en deseos de volver y dedicarle un tiempo tranquilo de paseos, visitas para llenar mi espíritu de Mérida.
