Por las razones que sean, querido vecino Miguel, a los higos y las brevas en nuestro pueblo (y en Extremadura en general, con la excepción de Almoharín) no se le ha dado la importancia que otras regiones les dispensan. En la provincia de Toledo, por ejemplo, hay explotaciones de higueras cuidadas con mucho mimo que se enfocan a la venta de sus frutos para alimentación ecológica, cocina vegetariana, pasteles de higos, licores, etc. Y con cinco fanegas de tierra dedicado a esto, hay familias que viven de ello. En nuestro pueblo, como tu sabes, el cuidado que se le dispensa a la higuera es más bien marginal, muchas de ellas crecen en cimbrantos y lindones desaprovechados y rara es la explotación en que la higuera sea el cultivo principal.
Cuentan que durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1929, o algo así), reinando el bisabuelo del espantapájaros del rey actual, es decir, Alfonso XIII, el Ayuntamiento de Almendralejo acordó, reunido en Pleno, que una delegación de la Corporación encabezada por su Alcalde, visitara al Rey. Después de mucho deliberar, acordaron ofrecerle en la recepción unos buenísimos, frescos y dulces higos de la tierra. Al recibirlos, el Rey le dijo al Alcalde que cómo se habían molestado en llevarle ese manjar, que muchas gracias y to eso. Y dicen que el Alcalde extremeño le espetó: "Cómaselos majestad, que allí no los quieren ni los cochinos", esta anécdota histórica define lo que el extremeño piensa de ese fruto.
Un abrazo mu fuerte,
Cuentan que durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1929, o algo así), reinando el bisabuelo del espantapájaros del rey actual, es decir, Alfonso XIII, el Ayuntamiento de Almendralejo acordó, reunido en Pleno, que una delegación de la Corporación encabezada por su Alcalde, visitara al Rey. Después de mucho deliberar, acordaron ofrecerle en la recepción unos buenísimos, frescos y dulces higos de la tierra. Al recibirlos, el Rey le dijo al Alcalde que cómo se habían molestado en llevarle ese manjar, que muchas gracias y to eso. Y dicen que el Alcalde extremeño le espetó: "Cómaselos majestad, que allí no los quieren ni los cochinos", esta anécdota histórica define lo que el extremeño piensa de ese fruto.
Un abrazo mu fuerte,