En esta noche mágica de San Juan, cuando está arreciando un chaparrón de tormenta aquí en el sur de Madrid, me vienen a la memoria otras noches de San Juan cuando éramos tan chiquininos que aquella hoguera que se hacía frente a la iglesia -la de San Juan Bautista por cierto- me parecía inmensa: era una parva de leña que se prendía por tós laos y ardía rechinante para regocijo de toda la chiquillería. Los más atrevidos en seguida comenzaban a “voleársela” dando saltos desproporcionados para su edad; el campeón era Joselillo “el de Baldomero” que, aunque no era mu alto, ganaba a todo el mundo en todo lo relacionado con el saltar, en el juego de “entera” también era un virtuoso, no sé cuántos pies se saltaba el tío, ¿alguien se acuerda de este juego de adolescencia? En los juegos dentonces pronunciábamos palabras que se van a morir como alguien no lo cuide: “Mocho una, mocho dos, mocho tres y…….”, “Picota”, “Ruleta”, “Botana”, “Culá”, “Espolique”, “Camuesa”……., to esto se va a morir como alguien no lo cuide. “Catredá”, “Hipólito y Catredá”, “Aceitera, vinagrera, amagar y no dar, dar sin reír……”.
Una noche de San Juan de hace muchos años, el grupo de amiguillos jugamos a “Lo que quiera el mundo”, un juego que no debería morirse por didáctico. Recuerdo que a mí me tocó de burro y me gané diez o doce “espoliques”, jejeje, la “Madre” (que era el primero en saltar y era la que elegía el tema a tratar) saltó el primero y dijo:
-A lo que quiera el mundo: marca de aviones.
-La avioneta-, dijo el que saltó segundo.
-El helicóptero-, dijo el que saltó después.
- ¡EL AVION DE PROPORCIÓN A CHORRO!-, espetó el tercero, mi inolvidable amigo Pedrillo “el de Eulalio”, mi querido Pedro Garvín Alonso, q. e. p. d.
Jejeje, fijaos qué marcas de aviones decíamos y lo entretallao que se vio Pedrillo con eso de “proporción a chorro” que no admitió “la Madre” y, por lo tanto, me sustituyó de burro.
Pero fijáos, aún más, en que los juegos y las palabras se mueren: ¡REMEDIÉMOSLO!, ¿alguien se acuerda de todo esto?
Ojalá, sencienda esta noche una buena chosca en La Jaba, ojalá se juegue a “Entera”, a “Lo que quiera el mundo”, al “Burro Villanueva”, a la “Picota”: ojalá salten de alegría los niños y disfruten conellos los mayores. Mu buena noche de San Juan a to el jabeñerío y especialmente a las juanas y a los juanes.
Una noche de San Juan de hace muchos años, el grupo de amiguillos jugamos a “Lo que quiera el mundo”, un juego que no debería morirse por didáctico. Recuerdo que a mí me tocó de burro y me gané diez o doce “espoliques”, jejeje, la “Madre” (que era el primero en saltar y era la que elegía el tema a tratar) saltó el primero y dijo:
-A lo que quiera el mundo: marca de aviones.
-La avioneta-, dijo el que saltó segundo.
-El helicóptero-, dijo el que saltó después.
- ¡EL AVION DE PROPORCIÓN A CHORRO!-, espetó el tercero, mi inolvidable amigo Pedrillo “el de Eulalio”, mi querido Pedro Garvín Alonso, q. e. p. d.
Jejeje, fijaos qué marcas de aviones decíamos y lo entretallao que se vio Pedrillo con eso de “proporción a chorro” que no admitió “la Madre” y, por lo tanto, me sustituyó de burro.
Pero fijáos, aún más, en que los juegos y las palabras se mueren: ¡REMEDIÉMOSLO!, ¿alguien se acuerda de todo esto?
Ojalá, sencienda esta noche una buena chosca en La Jaba, ojalá se juegue a “Entera”, a “Lo que quiera el mundo”, al “Burro Villanueva”, a la “Picota”: ojalá salten de alegría los niños y disfruten conellos los mayores. Mu buena noche de San Juan a to el jabeñerío y especialmente a las juanas y a los juanes.