Compramos energía a futuro

LA HABA: Joé, iba a cerrar ya el quiosco cuando me he dicho:...

(Carta que he remitido a una amiga virtual, escuchando “Con su blanca Palidez” y bebiéndome un gintónic: otra ficción.)

Jugando a lo imposible, yo necesito reencarnarme –tener otra vida-, lástima que sea un descreído y apenas crea en esta. Porque, sin rectificar nada (¿para qué?), ansío viajar a mi adolescencia para resarcirme de todo lo que uno, por hache o por be, dejó pendiente. Cuántos achuchones, caricias, palabras, besos, desahogos –de todo tipo- quedaron en simples deseos aparcados en los recovecos del corazón, y -ya hoy- cubiertos de telarañas tejidas por el tiempo, los evocamos aunque sólo sea para que nos domicilien en los terrenos del abatimiento y la melancolía: que no es otra cosa que esa desilusión constante en la que consiste la realidad. Pero, ¡fuera trabas!, nadie me impide viajar al pasado para soñar con lo que pudo haber sido y no fue.

En este viaje quiero llevarte a ti, porque es una segunda oportunidad que nos damos para recrearnos –virtualmente, y de una jodía vez- en lo que deseábamos con todas nuestras fuerzas y no hicimos por aquello de parecer ñoñamente decentes. Y como los adolescentes sólo pensamos en bailar, acariciar, soñar y vivir: haz el favor de quitarme esos dos frenos de disco que son tus manos, que me impiden –compréndelo- pegarme, qué digo pegarme, ¡fundirme!, contigo hasta que emerja un tal Sabina y nos escriba una canción sólo para nosotros. Manda al carajo todas esas timoratas reprimendas de tu madre, el rictus amenazante de tu padre y las necedades premonitorias que escupen los púlpitos: ¡Relájate, por Dios, que quiero besarte! Pero besarte hasta las entrañas, cubrirte entera de humedad hasta la grama misma que todas reserváis para un final que no es otro que la decrepitud. Te lo ruego, no trates de que “corra el aire”, haz lo contrario a lo que te dicen, sé amoral, emplea la poca fuerza de tus brazos en apretarme hacia ti, coño, cambia el mundo y déjame inactivo por una vez: llévame tú, que debe ser como alcanzar la gloria.

Pero Chaaaascha ….., ¿tú no te das cuenta que este momento, esta música de Procol Harem, su voz, esta letra de A Witer Shade of Pale, mire quien mire, murmure quien quiera, no te das cuenta que esto es un cielo que han creado para ti y para mí?: yo que tú, me rendiría, entrégate ¡por los clavos de Cristo!, apriétame, pero hacia ti, que esto no vuelve mujer.

(Maldita educación aquella que nos privó de tanto goce: yo, no obstante, me escabullí hasta donde pude pero sólo encontraba brazos tensos: ¡qué jodía lástima!)

Escucha esta canción, hazme caso. Buenas noches a todos,

Joé, iba a cerrar ya el quiosco cuando me he dicho: "Cucha, si ma contestao la Victoria", así que te pongo cuatro letras:

Claro, mujé, las chicas de entonces érais lo que os dejaron ser, yo lo que quiero es -vivido aquello- reencarnarme con mi chica y vivir esto, cosa impensable, por eso invito a un viaje imposible. En fin.........., yo me quedo con lo de hoy.

Chao,