Sé que eres Alicia. Anoche me llamó mi sobrino para contarme lo contento que estaban los niños al ver
nevar.
Esa es una experiencia maravillosa, aunque no hemos de olvidar que hoy, con nuestros
coches, nos produce muchas molestias.
Recuerdo las
nevadas de los años 50. Entonces nevaba poco, pero de vez en cuando caían algunos copos, y es un recuerdo precioso. Luego he vivido en pleno Pirineo, en Seo de Urgel, y he visto y pisado
nieve hasta la saciedad, pero nunca perdió el encanto que le profesé
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