En Memoria de Juan Luengo:
La mejor catequesis ha sido el libro abierto de su existencia.
Fue un cristiano sincero, que adoptó a la Iglesia como su familia, y vivió enamorado de Jesús, haciendo de él la piedra angular de su vida,
Se entregó en cuerpo y alma a una pastoral del Mundo Rural de la Extremadura que lo vió nacer.
Nunca buscó exitos personales, ni carrera fulgurante, antes bien persiguió durante 45 años de su vida dar frutos, en las parroquias de Valdeobota y Gévora.
Su testimonio, para nosotros, es de un valor incalculable. Pero nunca buscó ser un referente, para él la única referencia válida era Jesús.
Su evolución personal le hizo desembocar en una coherencia cristiana, que le hacía incompatible con la demagogía y la diplomacia. Este compromiso fue su energía vital, pero también su cruz.
Juan Luengo no se ha ido, vivirá siempre en el espíritu de nuestra comunidad, de su comunidad, de Gévora y Valdebotoa. Para nosotros ha sido un regalo de Dios. Amó la vida profundamente, y nos enseñó a vivirla de forma comprometida y apasionada.(Rafael Centella León ).
La mejor catequesis ha sido el libro abierto de su existencia.
Fue un cristiano sincero, que adoptó a la Iglesia como su familia, y vivió enamorado de Jesús, haciendo de él la piedra angular de su vida,
Se entregó en cuerpo y alma a una pastoral del Mundo Rural de la Extremadura que lo vió nacer.
Nunca buscó exitos personales, ni carrera fulgurante, antes bien persiguió durante 45 años de su vida dar frutos, en las parroquias de Valdeobota y Gévora.
Su testimonio, para nosotros, es de un valor incalculable. Pero nunca buscó ser un referente, para él la única referencia válida era Jesús.
Su evolución personal le hizo desembocar en una coherencia cristiana, que le hacía incompatible con la demagogía y la diplomacia. Este compromiso fue su energía vital, pero también su cruz.
Juan Luengo no se ha ido, vivirá siempre en el espíritu de nuestra comunidad, de su comunidad, de Gévora y Valdebotoa. Para nosotros ha sido un regalo de Dios. Amó la vida profundamente, y nos enseñó a vivirla de forma comprometida y apasionada.(Rafael Centella León ).
