Amanecio hoy Torviscal con un cielo muy soleado y un frio de mil demonios. Siguen bajando las temperaturas, y no entran ganas de salir del braserito tan recurrido en estas fechas. Ya han desaparecido los campos de arroz, el invierno trae tranquilidad, paz y un cierto ambiente de tristeza. Hay menos ajetreo en las calles del pueblo, y cuando cae la tarde es casi imposible encontrar a alguien por las calles, parece un pueblo desierto con todas sus luces encendidas. Torviscaleña.