Poema
No creo en los ascensores,
subo peldaño a peldaño hasta mi casa
que unos días está en el segundo piso
y otros
en el tres mil, pegando al cielo,
subo y me acuerdo
de aquel portero surcado por millares de inviernos
los ojos tan azules ... (ver texto completo)
No creo en los ascensores,
subo peldaño a peldaño hasta mi casa
que unos días está en el segundo piso
y otros
en el tres mil, pegando al cielo,
subo y me acuerdo
de aquel portero surcado por millares de inviernos
los ojos tan azules ... (ver texto completo)