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CAMPANARIO: La Candelaria:...

La Candelaria:

La festividad de La Candelaria o Las Candelas arrastra año tras año, en la comarca de La serena, curiosas manifestaciones lúdicas populares. Éstas, aún estando ajenas en su desarrollo a la celebración religiosa que se conmemora, contribuyen de manera decisiva a un programa donde los actos populares dan vida a las fiestas religiosas.

“Correr los gallos”.

Los niños varones de Campanario de hasta catorce o quince años se resisten a la desaparición de “Correr los gallos” en la mañana del 2 de febrero. Grupos de amigos compran un gallo vivo y lo sacan por la calle con el fin de encontrar otras pandillas de muchachos dispuestos a pelear los gallos. Siendo así, forman un corro en la calle y contemplan expectantes la victoria de uno de los animales.

Estos encuentros se suceden desde la adquisición del gallo hasta la mañana del 2 de febrero, en la que corren los gallos. Todo comienza por la reunión de los grupos de amigos en diferentes calles. Estos atan una cuerda de ventana a ventana, atravesando la calle y en medio de la misma atan al gallo por las patas. Cada muchacho, con un pañuelo anudado al cuello con el pico sobre el pecho, va provisto de un sable de madera. Todos se colocan en una fila perpendicular a la cuerda y en riguroso orden van pasando debajo del gallo al tiempo que con el sable van golpeando fuertemente al animal por el cuello. La ilusión de todos es conseguir arrancarle la cabeza. Los muchachos, cada vez más salpicados de sangre, vuelven a la cola de la fila con la esperanza de ser uno de ellos quien decapite al gallo.
En los últimos años se va optando por colgar a los gallos muertos para así evitar un sufrimiento al animal.

El que lo consigue, aparte de los supuestos alardes de vigor, tiene un compromiso ese mismo día por la tarde con el resto de sus compañeros. Su madre o padre deberá guisar el animal que degustarán los que participaron en la tradición.