Si estoy fuera del pueblo. En Madrid concretamente. Todos mis hermanos y mi madre andamos desperdigados uno en Cadiz, otra en Valencia, y es que desde niños tuvimos que salir de casa para dejar de ser víctimas de este maltratador de niños y mujeres.
Desgraciadamente esto ocurre más a menudo de lo que todos quisieramos, pero si nuestro caso es más sangrante aun, es por que el muy cobarde fuera de casa mantiene la imagen del ser más encantador del mundo. No es que tenga dos caras, tiene miles. y cuando le veo llegar al pueblo y transformarse en el ser amable, educado, bueno que le gusta aparentar ser, me llevan los demonios, por eso despues de mucho pensarlo (por que he de reconocer que tenía sentimientos encontrados, incluso me daba verguenza que se supiera quien era mi padre) pero al final pasando por encima de esos sentimientos y de la verguenza, creo que lo más justo es hacer lo que he hecho.
He entendido que precisamente esa verguenza y el miedo que le teníamos todos, era precisamente una de sus armas, Lo más honrado que se puede hacer es luchar contra los maltratadores, y el primer paso es perder el miedo y la verguenza, desenmascarandoles desde su lugar de origen, aunque ello conlleve tener que exponerme a mi mismo y al resto de mi familia que le han sufrido y le sufren aun, al ojo de todos y aunque el precio sea estar en boca de todos, he decidido que no va a seguir maltratando, pegando y humillando impunemente.
Un saludo
Desgraciadamente esto ocurre más a menudo de lo que todos quisieramos, pero si nuestro caso es más sangrante aun, es por que el muy cobarde fuera de casa mantiene la imagen del ser más encantador del mundo. No es que tenga dos caras, tiene miles. y cuando le veo llegar al pueblo y transformarse en el ser amable, educado, bueno que le gusta aparentar ser, me llevan los demonios, por eso despues de mucho pensarlo (por que he de reconocer que tenía sentimientos encontrados, incluso me daba verguenza que se supiera quien era mi padre) pero al final pasando por encima de esos sentimientos y de la verguenza, creo que lo más justo es hacer lo que he hecho.
He entendido que precisamente esa verguenza y el miedo que le teníamos todos, era precisamente una de sus armas, Lo más honrado que se puede hacer es luchar contra los maltratadores, y el primer paso es perder el miedo y la verguenza, desenmascarandoles desde su lugar de origen, aunque ello conlleve tener que exponerme a mi mismo y al resto de mi familia que le han sufrido y le sufren aun, al ojo de todos y aunque el precio sea estar en boca de todos, he decidido que no va a seguir maltratando, pegando y humillando impunemente.
Un saludo
