Clodomiro era un
abogado muy avaro, un día se compró un Rolex y un
Mercedes-Benz.
Al día siguiente fue a la corte a resolver un caso de un ladrón que
mató a alguien. Cuando llegó, al abrir la
puerta pasa un trailer de
doble remolque y con una velocidad inaudita le vuela la puerta y su
brazo izquierdo. El pobre hombre se pone a llorar como niño chiquito
por su Mercedes-Benz.
En eso llega otro hombre y le dice:
Oiga señor, usted debería llorar por su brazo, y no por su Mercedes-Benz.
Volviendo
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