Mensaje enviado por Mariano Luna Vigara:
Hola Antonio:
Me ha hecho una enorme ilusión que mi sobrina Mari Carmen me haya llamado por teléfono para comunicame
su "encuentro informático" contigo.
Aunque han pasado ya muchos, muchos años y no pueda poner cara a los nombres de todos los que entonces
convivíais en le Esc.-Hogar.
Aunque me sigo relacionando con los que se han quedado viviendo aquí, la mayoría de los de aquellos recordados años
viven fuera y veo a alguno esporádicamente. Muchas veces recordamos anécdotas de entonces, pero ver que tienes una dirección de
correo electrónico con ese nombre, es ya una pasada.
Supongo que conocerás el fallecimiento de Esther, mi mujer. Hace ya doce años. Sería muy feliz viendo cómo
os seguís relacionando a pesar de los años transcurridos. Eso es de una enorme satisfacción pues demuestra que, a pesar de
algunos malos ratos y la falta de vuestras familias, la convivencia fraguó cierta hermandad y muchas amistades entre vosotros,
lo que es de enorme satisfacción para todos los que entonces estábamos a cargo de vuestro cuidado y formación.
Yo sigo viviendo aquí, pasando temporadas con mis hijos, en Madrid.
en casa o fuera.
Saluda a tu familia y recibe un abrazo.
Mariano.
Hola Antonio:
Me ha hecho una enorme ilusión que mi sobrina Mari Carmen me haya llamado por teléfono para comunicame
su "encuentro informático" contigo.
Aunque han pasado ya muchos, muchos años y no pueda poner cara a los nombres de todos los que entonces
convivíais en le Esc.-Hogar.
Aunque me sigo relacionando con los que se han quedado viviendo aquí, la mayoría de los de aquellos recordados años
viven fuera y veo a alguno esporádicamente. Muchas veces recordamos anécdotas de entonces, pero ver que tienes una dirección de
correo electrónico con ese nombre, es ya una pasada.
Supongo que conocerás el fallecimiento de Esther, mi mujer. Hace ya doce años. Sería muy feliz viendo cómo
os seguís relacionando a pesar de los años transcurridos. Eso es de una enorme satisfacción pues demuestra que, a pesar de
algunos malos ratos y la falta de vuestras familias, la convivencia fraguó cierta hermandad y muchas amistades entre vosotros,
lo que es de enorme satisfacción para todos los que entonces estábamos a cargo de vuestro cuidado y formación.
Yo sigo viviendo aquí, pasando temporadas con mis hijos, en Madrid.
en casa o fuera.
Saluda a tu familia y recibe un abrazo.
Mariano.