CABEZA DEL BUEY: Mensaje enviado por: Dº Pedro Corraliza Risco...

Mensaje enviado por: Dº Pedro Corraliza Risco

REENCUENTRO DE CABEZA DEL BUEY

Comencé mi andadura profesional como maestro, en la localidad de CABEZA DEL BUEY (Badajoz) en la entonces Escuela Nacional Mixta “Generalísimo Franco” con 20 años recién cumplidos y con unas ganas enormes y un entusiasmo sin límites por hacer las cosas lo mejor que sabía y podía.

En esta vida, las primeras cosas que emprende o comienza uno le marcan de forma intensa para bien o para mal y en mi caso fue lo primero. A fecha de hoy, solo puedo decir que mis recuerdos siguen intactos y me reconfortan y rejuvenecen. No puedo ocultar que en algunos momentos se añoran, ya que en la vida como se suele decir: “hay tiempo para todo”.

De la localidad de comienzo, pasé por CASAS DE DON PEDRO y ORELLANA LA VIEJA, ambas localidades de la provincia de Badajoz y desde ésta última, me tocó abandonar mi querida tierra extremeña para recalar en otra tierra también extraordinaria como Castilla y León y, más en concreto, en la ciudad de Salamanca. Será aquí donde continuaré formándome personal y profesionalmente y donde a fecha de hoy estoy esperando la jubilación.

En esta bellísima ciudad llena de arte, de saberes y de toros, es donde he pasado más de 35 años de mi vida, de la que me siento orgulloso y donde me han acogido de forma sorprendente.

Para corroborar mi apreciación de la misma, no puedo por menos que hacer mención a nuestro insigne Miguel de Cervantes, quien en su obra el Licenciado Vidriera decía: “Salamanca que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que la apacibilidad de su vivienda han gustado”.

Desde aquí, quiero dar las gracias a Antonio Rincón por su iniciativa (que me parece sensacional) y ya sabéis que lo mismo que en aquel tiempo, también ahora me encantaría reencontrarme de nuevo con vosotros y poder departir sobre lo que os ha deparado la vida a cada uno a lo largo de todos estos años (estoy seguro que ese día, me vais a quitar unos años de encima).

Un abrazo muy fuerte.

Pedro