El Sol de Poniente con un cielo nublado sobre la ciudad, VALENCIA

Cortesía de V. Martínez

Ocaso

Un astro, en particular el Sol, está en el ocaso cuando, por efecto de la rotación de la Tierra, atraviesa el plano del horizonte y pasa del hemisferio visible al no visible. Es decir, cuando su altura es cero, pasando de positiva a negativa. En el caso del Sol, ello determina el fin del día. El antónimo de ocaso es orto. El ocaso es llamado también atardecer o anochecer.

En el hemisferio norte en primavera y verano el Sol se pone entre el Oeste y el Norte (declinación positiva); en otoño e invierno su ocaso es entre el Oeste y el Sur (declinación negativa). Simultáneamente, en el hemisferio sur en otoño e invierno, el ocaso es entre el Oeste y el Norte, y en primavera y verano entre el Oeste y el Sur. Las estrellas circumpolares no tienen ocaso ni orto.

En los días nublados el sol no mueve la sombra de las cosas quietas, los días nublados no tienen horas, pueden ser las cinco o las doce, el sol no nos guía, y da la impresión de que el tiempo se para. Ojalá algunos días nublados el tiempo se parara y poder respirar, disfrutar del silencio, del rumor del mar, de una conversación o una comida en algún lugar que no existe. Todo sería muy fácil sí al poder respirar durante un día nublado todo se arreglara a nuestro alrededor o en nuestro interior, pero no es así.

Formación de las nubes

Algunas masas de aire que componen la atmósfera terrestre llevan entre sus componentes significativas cantidades de agua que obtuvieron a partir de la evaporación del agua de mar y de la tierra húmeda, juntándose así con partículas de polvo o cenizas que hay en el aire (núcleos de condensación).

Estas masas de aire cálido y húmedo tienden a elevarse cuando se topan con otra masa de aire frío y seco. Las masas de aire no se revuelven entre sí cuando chocan; están bien delimitadas y tienden a desplazarse hacia zonas de menor presión atmosférica. Al elevarse las masas de aire caliente se expanden al encontrar menor presión en las alturas y, de acuerdo con la ley de los gases ideales, disminuye también su temperatura. Esto causa que el vapor de agua que contienen estas masas de aire se condense formando las nubes.

Cuando la masa de aire cálido y húmedo es forzada a subir muy alto en la troposfera se enfría de tal manera que se forman nubes de cristales de hielo, llamadas cirros, cirrostratos o cirrocúmulos. A menor altitud se forman las nubes de gotas de agua, como son los altoestratos y altocúmulos que generalmente acompañan a los frentes cálidos, al igual que los estratos de menor altitud.

Los cúmulos, en cambio, acompañan a los frentes fríos. Estas nubes tienden a crecer de forma vertical hasta llegar a formar masas en altura, conocidas como cumulonimbos. Estas nubes de tormenta esconden en su interior un sistema de torbellinos, ascendentes en el interior y descendentes en el exterior. Si se dan las condiciones adecuadas, estos torbellinos pueden llegar hasta el suelo en forma de tornados.

La electricidad estática generada por el movimiento de los torbellinos dentro de estas nubes es una posible causa de las tormentas eléctricas.
(3 de Abril de 2019)