La Virgen de los Desamparados en la plaza, VALENCIA

Domingo día 13 de Mayo de 2018. Traslado de la Virgen de los Desamparados.

Virgen de los Desamparados. (Mare de Déu dels Desamparats, en valenciano) es una advocación de la Virgen María. Es la patrona de la Comunidad Valenciana, y una de las siete patronas de las comunidades autónomas de España. Aparece representada con una azucena en una mano y con el niño Jesús portando la cruz, en sus brazos. La imagen se caracteriza por tener una ligera inclinación hacia adelante; por dicho motivo se le conoce cariñosamente entre los valencianos como La Geperudeta (La Jorobadita).

Virgen de los Desamparados
Nuestra Señora de los Inocentes, Mártires y Desamparados

Venerada en Iglesia católica
Templo Basílica de la Virgen de los Desamparados
Festividad Segundo domingo de mayo
Patrona de Valencia, Gandia, El Fontanar, Adzaneta de Albaida, Buendia, Campello, Comunidad Valenciana, Moraira, Desamparados y los Floristas españoles
Fecha de la imagen Siglo XV

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La Virgen de los Inocentes, Mártires y Desamparados o Virgen de los Desamparados (Mare de Déu dels Desamparats, en valenciano o popularmente Geperudeta) es una advocación de la Virgen María.

Es la patrona de la ciudad de Valencia, Gandia, Adzaneta de Albaida, Campello, Ibi y de la Comunidad Valenciana, y por lo tanto una de las patronas de las comunidades autónomas de España. Aparece representada con una azucena en una mano y con el niño Jesús llevando la cruz, en sus brazos. La imagen se caracteriza por tener una ligera inclinación adelante; por dicho motivo se le conoce cariñosamente entre los valencianos como La Geperudeta (La Jorobadita). Bajo esta advocación se fundó la Congregación Madres de Desamparados y San José de la Montaña

Origen del culto

El 24 de febrero de 1409 el padre Jofré se dirigía a la catedral para pronunciar un sermón de una misa durante la Cuaresma, cuando presenció el maltrato de un enfermo mental en una calle de Valencia próxima a Santa Catalina (actual Martín Mengod, anteriormente llamada Platerías). Un grupo de jóvenes golpeaba y se burlaba de un hombre perturbado, al que gritaban « ¡al loco, al loco!», de acuerdo con la entonces muy extendida creencia de que los locos eran posesos del demonio. Se interpuso entre los agresores y el agredido, protegió al hombre y se lo llevó a la residencia mercedaria, donde le dio cobijo y dispuso que le curasen las heridas. El domingo siguiente en la catedral, dedicó una parte de su sermón a predicar en contra de «la persecución irracional y tanto más cruel cuanto más inocentes, impotentes e irresponsables son las víctimas

El Libro Becerro (manuscrito por Manuel Calvo de 22 de diciembre de 1848, Marco Merenciano, 1950) refiere así el sermón:

"En la present ciutat ha molta obra pia é de gran caritat é sustentació: emperò una n’hi manca, que’s de gran necessitat, so es un hospital o casa on los pobres innocents é furiosos fossen acollits car molts pobres, innocents e furiosos van per aquesta ciutat, los cual passen gran desayres de fam e de fret e injuries, per tal como sa innocènsia i furor no saben guanyar ni demanar lo que han menester en sustentació de llur vida, e perço dormen per les carreres e perijen de fam e de fret, e moltes malvades persones no havent Deu devant sa consciència; los fan moltes injuries e senyaladament allà aon les troben endormits, los nafren i maten y algunes fembres innocents; aconteix així mateix que los pobres furiosos fan dany a mòltes persones anant per la ciutat. Aquestes coses son noties a tota la ciutat de València, perquè serià sancta cosa é obra molt sancta que en la ciutat de València fos feta una habitació ó hospital en què semblants folls é innocents estiguessin en tal manera que no anassen per la ciutat ni poguessin fer dany ni els en fos fet".

Traducido, el pasaje reza:

"En esta ciudad hay muchas y muy importantes obras pías y caritativas; una falta, sin embargo, y es muy necesaria; ésta es, un hospital o casa en donde los pobres inocentes y furiosos sean recogidos porque muchos pobres, inocentes y furiosos vagan por esta ciudad, los cuales pasan grandes penalidades de hambre y de frío y daños, porque debido a su inocencia y furor no saben ganar ni pedir el sustento que necesitan para su vida, y por eso duermen por las calles y mueren de hambre y de frío, y muchas personas malvadas, que no tienen a Dios en su conciencia; los injurian y señalan allí donde se los encuentran dormidos, los hieren y matan y abusan de algunas mujeres inocentes; sucede asimismo que los pobres furiosos hacen daño a muchas de las personas que andan por la ciudad. Estas cosas son conocidas de toda la ciudad de Valencia, por eso sería una cosa y obra muy santa que Valencia construyera un albergue u hospital en el que tales locos e inocentes estuviesen de tal manera que no deambulasen por la ciudad y no pudieran hacer ni recibir daño."
(13 de Mayo de 2018)