Pero es mejor quererte
por tus tranquilos ojos taumaturgos,
por tu cristiana paz de mujer fuerte,
porque me llevas de la mano a Sion
cuya inmortal lucerna es el Cordero,
porque la
noche de mi amor primero
la hiciste de perfume y transparencia
como la noche de la Anunciación,
por tus
santos oficios de Verónica,
y porque regalaste la paciencia
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