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El hombre que un dia creyó en el amor
abril 20, 2012 | Autor Michael Priego Manicke
Hace mucho tiempo que no me desvelaba, y hace mucho tiempo que tampoco escribía, y bastante tiempo que tampoco me enamoraba. Cuando las cosas pasan, al parecer no vienen solas, es bueno darse cuanta de lo vulnerables que somos las personas bajo ciertos efectos volátiles de esta vida, recuerdo aquellos días cuando uno goza del control de su universo de una manera autoritaria y egoísta, aunque la verdad, no extraño todo aquello, en esta vida muchas veces somos marionetas de un sistema, de un trabajo o simplemente de nuestro corazón, es extraño, y dulcemente embriagador ser un ente dependiente de los sentimientos y subdividir el mundo de los sueños con otra persona, es intensamente interesante el planificar una vida dependiendo de aquella persona que a cautivado nuestros cinco sentidos, el proyectarse mas allá de la barrera que delimitaba nuestra alicaída y monótona vida pasada.
Hay un mundo por delante, una inexplorada ladera que tiene mucho que darnos a conocer, hay dos universos paralelos que compartirán una sola órbita, un proceso y un largo aprendizaje de nuevas estructuras que irán definiendo el futuro.
Tengo tantas preguntas que quisiera saber su respuesta, pero no es tan fácil, su dosificación ira día a día y la endereza de la vida, la experiencia y la actitud lograran la solvencia necesaria para luchar y mantener por lo cual alguna ves desde muy pequeño soñé, en recopilar todo aquello que siempre quise en un mundo en donde un ser extremadamente especial llene cada rincón de mis sueños con su magia y en donde la vida me dote de tener en los brazos el fruto del amor.
Desde que te conocí mi andar ya no es el mismo, porque con cada paso que doy, te veo por doquier, ya no sueño de la misma forma, porque en cada sueño apareces una y otra vez, cuando me veo al espejo, no solo me veo a mi mismo, sino que veo el reflejo de tu imagen incrustada en mis pupilas.
Escribo para no olvidar que lucharé por todo esto que siento, porque si alguna vez el destino quisiera desquitarse conmigo y alejarte de mi, no será porque yo dejé que todo esto se desvaneciera en el olvido, porque habré dado hasta el último aliento por aferrarme a este sueño y convertirlo en la más dulce realidad a tu lado.

(Escrito de hace muchos años, en donde los amaneceres tenían otro color, y las tormentas el color de tu ira.)

Registro de propiedad intelectual N° 216386 DDI ® ... (ver texto completo)
« Si yo fuera tu vestidoLa moral de cristal
enero 15, 2013 | Autor Michael Priego Manicke
Pataleo Cotidiano

El ser Humano siempre guiará sus convicciones de acuerdo a su propia conveniencia.
Si aplastas un pollito recién nacido, seras un infeliz, si aplastas un ratón te miraran con aprobación, una vida selectiva vale mas que la otra, como quien podría decir que matar a alguien “Feo” no es pecado, pero tocar a alguien “Lindo” podría llevar a las penas del infierno.
Si aplasto una mariposa ... (ver texto completo)
Mis Cuatro Blancas Paredes
diciembre 18, 2011 | Autor Michael Priego Manicke

Mis Cuatro Blancas Paredes

Cuatro blancas paredes que envuelven mi vida,

cuatro tiempos atrapados en una habitación,

cuatro pequeños palpitares de recuerdos,

cuatro extremidades fundidas en un condenado espacio,

cuatro gritos aislados del mundo,

cuatro silencios adormecidos en la indiferencia del universo,

pensares perdidos

en estas cuatro paredes,

cuatro colores fundidos en el pasado,

cuatro luces que arrastran a la incertidumbre,

cuatro batallones de dolor,

cuatro derrotas diarias…son así,

cada cuatro días me consumo la vida en mis cuatro blancas paredes,

cada cuatro mañanas sigo viviendo en mis cuatro blancas paredes,

cada cuatro minutos veo cómo cuatro lágrimas mueren en frente de mis cuatro blancas paredes,

cada cuatro horas mi melancolía se impregna en mis

cuatro blancas paredes…

¿Cómo no las voy a amar?

si han sido mi único

mundo en estos cuatro tiempos.

La única luz de vida en

este camino, me la

han dado mis cuatro

blancas paredes… ... (ver texto completo)
La politica es a veces como la gramatica: un error en el que todos incurren y que finalmente es reconocido como regla (André Maulraux)
Nunca sabremos nada...

¿Quién puso en nuestro espíritu anhelante,
vago rumor de mares en zozobra,
emoción desatada,
quimeras vanas, ilusión sin obra?
Hermano mío, en la inquietud constante,
nunca sabremos nada...

¿En qué grutas de islas misteriosas ... (ver texto completo)
Porfirio Barba Jacob

EL CORAZÓN REBOSANTE

El alma traigo ebria de aroma de rosales
y del temblor extraño que dejan los caminos...
A la luz de la luna las vacas maternales
dirigen tras mi sombra sus ojos opalinos.

Pasan con sencillez hacia la cumbre, ... (ver texto completo)
Solo se aprende a traves del fracaso, y lo que se aprende es la importancia de la prevision (Irvine Welsh)
El gusto es el enemigo de la creatividad (Pablo Picasso)
Que rico cafe
Mi cafe virtual de cada dia,
Ciencia es creer en la ignorancia de los cientificos (Richard Phillips Feynman)
Que rico cafe
José Coronel Urtecho

Si mi vida no es mía, sino tuya,
y tu vida no es tuya, sino mía,
separados morimos cada día
sin que esta larga muerte se concluya.

Hora es que el uno al otro restituya
esa vida del otro que vivía,
y tenga cada cual la que tenía
otra vez en el otro como suya.

Mira pues, vida mía, que te espero
y de esa espera vivo mientras muera
la muerte que, sin ti, contigo muero.

Ven, mi vida, a juntar vida con vida
para que vuelva a ser la vida que era
que la vida a la vida a la vida convida. ... (ver texto completo)
María Cristina Orantes

Mujer

Tendida bajo el ala de la vida,
De par en par abierta la mirada,
Bebiéndose de un sorbo la jornada
Que en el tiempo dejara suspendida.

Vuelta sombra la piel estremecida, ... (ver texto completo)
María Cristina Orantes

A un corazón inconstante

Aprendí a conocer a la inconstancia
y a alargar el instante que me daba,
fui viviendo a medida que llegaba
el tiempo en el reloj: mágica instancia.

Tiempo de arena. Tiempo detenido ... (ver texto completo)
María Cristina Orantes

Episodio

Yo comencé una historia que fue mía.
La tejí en el umbral de la mañana,
perfumé con su aroma mi ventana
y bebí de su luz al mediodía.

Así brotó en capullo la alegría ... (ver texto completo)