El violinista
Sus manos acarician el cordaje
el arco entre sus dedos se estremece,
inmensa melodía que engrandece
el bello atardecer y su paisaje.
Si escuchas bien atento su mensaje
oirás llorar la nota que florece,
en esa sinfonía que embellece
el viejo violinista con coraje.
La luna cada noche se engalana
y como un polizón se clava al cielo
se siente de su música guardiana,
lo abraza con su luz de terciopelo
espera ver nacer otra mañana
le guarda el corazón en su pañuelo.
Ángeles Glez
Sus manos acarician el cordaje
el arco entre sus dedos se estremece,
inmensa melodía que engrandece
el bello atardecer y su paisaje.
Si escuchas bien atento su mensaje
oirás llorar la nota que florece,
en esa sinfonía que embellece
el viejo violinista con coraje.
La luna cada noche se engalana
y como un polizón se clava al cielo
se siente de su música guardiana,
lo abraza con su luz de terciopelo
espera ver nacer otra mañana
le guarda el corazón en su pañuelo.
Ángeles Glez