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PETRES (Valencia)

Hoja de parra
Foto enviada por Victoria Serna,

Intenta no volverte un hombre de éxito, sino volverte un hombre de valor (Albert Einstein)
El mantenimiento de la paz comienza con la autosatisfacción de cada individuo (Dalai Lama)
El verdadero amigo no es el que nos seca las lágrimas sino el que evita que las derramemos (Anónimo)
El secreto mejor guardado es el secreto que todos conocen y del que nadie habla (Lawrence Lipton)
Margarito Cuéllar

Vaca en el aire

... unos niños
volaban con sus vacas
y sus caballos y sus corderos
en medio de la tarde...
Enrique Fierro
... (ver texto completo)
El verdadero amigo no es el que nos seca las lágrimas sino el que evita que las derramemos (Anónimo)
Como se sabe, los negocios pueden dar dinero pero la amistad raramente lo hace (Jane Austen)
El verdadero amigo no es el que nos seca las lágrimas sino el que evita que las derramemos (Anónimo)
Tiembla y destella, hace señales,
todas son huellas de la eternidad,
enumeradas y prolijas,
cuernos de caza, al mundo
aullidos de perros, está el desierto,
toques de peligro, inútilmente,
pasos cambiados, ¿dónde?
campanas para niebla, una piel fosforescente,
pedidos de auxilio, y envenenada,
sirenas de patrulleros, llamando, ... (ver texto completo)
Un código de emergencia,
un vaso de agua, un hueso
para la inteligencia,
un alfabeto de clave radioactiva,
o telepática, o nuclear,
o una sustancia de amor
para esta extrema ubicación,
25 de abril de 1963, otoño,
en mi casa, hemisferio austral,
aparentemente a la deriva.
Amanda Berenguer

Comunicaciones

Urge el pensamiento conectando
¿se siente? ¿alguien entre líneas?
¿errata? ¿paréntesis? ¿qué signo?
¿escuchan?
(La claridad del lenguaje
tiene apenas ... (ver texto completo)
Tiembla y destella, hace señales,
todas son huellas de la eternidad,
enumeradas y prolijas,
cuernos de caza, al mundo
aullidos de perros, está el desierto,
toques de peligro, inútilmente,
pasos cambiados, ¿dónde?
campanas para niebla, una piel fosforescente,
pedidos de auxilio, y envenenada,
sirenas de patrulleros, llamando, ... (ver texto completo)
Amanda Berenguer

Comunicaciones

Urge el pensamiento conectando
¿se siente? ¿alguien entre líneas?
¿errata? ¿paréntesis? ¿qué signo?
¿escuchan?
(La claridad del lenguaje
tiene apenas
la intensidad ambigua del poniente)
Estamos aquí, lanzados a la noche
terrestre, apretujados,
aquí, en la noche terrestre, aquí
en la noche terrestre.
De nuevo el hilo
el cable roto, el deslumbrante
cortocircuito.
¿No oyen? ¿No se oye?
Palabras mías, insensatas,
hechas de furor y de locura,
cuantiosa tesitura negra
a borbotones desbordándose
hacia dentro, hacia
el fondo
interpolado de rígidas luciérnagas. ... (ver texto completo)
Amanda Berenguer

Primavera I

A veces en que estamos sobre el mundo
para ver la espantable maravilla,
en que vemos nacer la primavera
bajo un grito mortal, como los niños.
Hay veces tan difíciles, y estamos
de pie, en la irrespirable tolerancia ... (ver texto completo)
Yo no tengo la culpa de que la vida se nutra de la virtud y del pecado, de lo hermoso y de lo feo

El autor es Benito Pérez Galdos

que vivio en (1843-1920)

y cuya profesión fue Autor español
La que terminó odiando
hasta la fecundidad sin pausa de su vientre,
condenada a repetir en sus hijas y nietas,
como en un laberinto de espejos,
el mismo dédalo sangriento y angustioso
de su madre y su abuela,
y de las madres y las abuelas todas de su estirpe.

La que jamás se atreve a disentir en alta voz,
pero que va frenando los proyectos de su amor ... (ver texto completo)
La que se condenó al áspero infortunio,
la que fue tapiando las rutas a la dicha
con los cadáveres
de sus propias,
marchitas ilusiones.

La que gravita, aun hecha cruz de camposanto,
sobre su espalda con el peso muerto
de una sorda y oculta recriminación.
... (ver texto completo)
La que se condenó, por siempre y para siempre,
a no ser más que sombra y que silencio,
a girar sin resposo, ilusa luna,
en torno de un planeta indiferente.
La que vigila pasos y susurros
y vive carcomida de sospechas.

La que guardó su castidad preciosa
para el festín de la primera noche.
La que odió al que devoró las ilusiones ... (ver texto completo)
La que terminó odiando
hasta la fecundidad sin pausa de su vientre,
condenada a repetir en sus hijas y nietas,
como en un laberinto de espejos,
el mismo dédalo sangriento y angustioso
de su madre y su abuela,
y de las madres y las abuelas todas de su estirpe.

La que jamás se atreve a disentir en alta voz,
pero que va frenando los proyectos de su amor ... (ver texto completo)
Carmen González Huguet

La enemiga

La sierva.
Nunca amante, ni amada,
ni la amorosa compañera,
ni la amiga.

Nunca la igual, ... (ver texto completo)
La que se condenó, por siempre y para siempre,
a no ser más que sombra y que silencio,
a girar sin resposo, ilusa luna,
en torno de un planeta indiferente.
La que vigila pasos y susurros
y vive carcomida de sospechas.

La que guardó su castidad preciosa
para el festín de la primera noche.
La que odió al que devoró las ilusiones ... (ver texto completo)
Carmen González Huguet

La enemiga

La sierva.
Nunca amante, ni amada,
ni la amorosa compañera,
ni la amiga.

Nunca la igual, ... (ver texto completo)