También hay otros con restos ibéricos, sobre todo tardíos. De la época
romana se conoce la existencia de varios asentamientos agrícolas de pequeña entidad, repartidos por el territorio, iniciándose la mayoría de estos en la época de Augusto en las primeras décadas del siglo I dC, algunos de los cuales sólo perduraron hasta medios o finales del siglo II dC, mientras que otros prosiguieron, seguramente, hasta el siglo V dC.