Compramos energía a futuro



Fernando Pessoa

Hora absurda

Tu silencio es una nave con todas las velas llenas...
Blandas, las brisas juegan en las flámulas, tu sonrisa...
Y tu sonrisa en tu silencio es la escalera y las andas
con que me finjo más alto y junto a cualquier paraíso...

Mi corazón es un ánfora que cae y que se quiebra... ... (ver texto completo)
2201. El cielo, es cierto, prohibe algunas satisfacciones, pero en el hay comodidades (Jean Batiste Moliere)
2203. Ama a la tierra en que naciste y a la cual volverás con la muerte
2199. No hay nada tan cierto en el mundo como la muerte y los impuestos (Benjamin Franklin)
2201. El cielo, es cierto, prohibe algunas satisfacciones, pero en el hay comodidades (Jean Batiste Moliere)
2199. No hay nada tan cierto en el mundo como la muerte y los impuestos (Benjamin Franklin)
Melchor de Palau

En clase

Dando vueltas al globo de los mundos,
asombrado un alumno así exclamaba
«en torno a tan pequeños continentes:
¡cuánta agua
mientras yo, por las penas abrumado,
murmuraba inconsciente estas palabras ... (ver texto completo)
Blanca es la virgen nieve
que, en los comienzos, el arroyo bebe;
blancas las perlas que la fresca aurora,
al despertar, sobre los campos, llora;
blanca del agua la rizosa espuma;
blanca del cisne la luciente pluma;
blanca la leche que alimenta al niño,
y son blancas las pieles del armiño.
Blanco el incienso que a los aires sube;
blancas pintan las alas del querube;
blancas son la inocencia y la alegría;
blanca la fe que entre las sombras guía;
blanco es el lirio, de pureza emblema
es blanca de la virgen la diadema;
y, según dicen, es el blanco velo
traje de recepción allá en el cielo.

El rosa y el azul, pese al poeta, ... (ver texto completo)
Bien hayas ¡oh blancura!
anidadora de la esencia pura;
no era precisa, no, la voz del sabio
para mover en tu loor el labio:
que nada afirma la preclara Ciencia
que no está ya grabado en la conciencia;
de blanco la natura soberana
sus hijos predilectos engalana,
y hasta la fantasía, cuando crea,
de blanco viste la naciente idea.
Blanca es la virgen nieve
que, en los comienzos, el arroyo bebe;
blancas las perlas que la fresca aurora,
al despertar, sobre los campos, llora;
blanca del agua la rizosa espuma;
blanca del cisne la luciente pluma;
blanca la leche que alimenta al niño,
y son blancas las pieles del armiño.
Bien hayas ¡oh blancura!
anidadora de la esencia pura;
no era precisa, no, la voz del sabio
para mover en tu loor el labio:
que nada afirma la preclara Ciencia
que no está ya grabado en la conciencia;
de blanco la natura soberana
sus hijos predilectos engalana,
y hasta la fantasía, cuando crea,
de blanco viste la naciente idea.
2195. La envidia es el adversario de los mas afortunados (Epicteto)
2197. El deseo y la felicidad no pueden vivir juntos (Epicteto)
2194. Que nos parezca falsa toda verdad que no traiga consigo al menos una alegria (Friedrich Nietzsche)
2195. La envidia es el adversario de los mas afortunados (Epicteto)
Ningun vanidoso siente celos (Jacinto Benavente)
2194. Que nos parezca falsa toda verdad que no traiga consigo al menos una alegria (Friedrich Nietzsche)
Julia Otxoa

El tiempo de las plantaciones

En invierno,
al llegar el tiempo de las plantaciones,
me gusta contemplar
ese desfile de jardineros desarmados
cruzando la ciudad,
... (ver texto completo)
Amor

Todo el dolor y toda la alegría
caben en este amor que me levanta,
que me exalta y me abaja y me adelanta
hasta ti, y me hace nueva cada día.

Cuanto tú me pidieras te daría.
Limpia dicha de darte, clara y alta,
la fuente jubilosa que me salta ... (ver texto completo)
Amor

Yo subiré al amparo de tus labios
entre nubes de acero desgarradas
y trenzarán al fin mis dedos sabios
las olas de tu aliento desatadas.

Yo llevaré a tu puerta mi astrolabio
y mi esfera armilar y mis andadas.
Y llegaré sin dudas ni resabios, ... (ver texto completo)
En Pie De Amor

Es imposible contener el grito
con que toda mi sangre levantada
en pie de amor, atroz, enajenada,
en ti se vierte en implacable rito.

Es imposible y, sin embargo, quito
volumen a mi voz; la tengo atada
al silencio, por siempre enajenada
sangre y voz; sin plegarias y sin gritos.

Y aun siendo así, tan terca es la esperanza,
tan incansable, tan rebelde y fiera,
que aun en esta mudez que me sentencio

día a día se pone en la balanza,
y contra la evidencia, espera: espera
que tú puedas oírme en el silencio.

Autor: Baquero Isabel Rodriguez ... (ver texto completo)