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9

Llevo
en carne abierta
los trofeos
de la resurrección y el desarraigo.

Y en los cuerpos ajenos
el gran riesgo
de amarlos.
10

Amo
esta carnadura
que sigue contemplándome
debajo de mis párpados.
Amo
esta muerte viva
clandestina
que siempre se me muere antes de tiempo
y siempre resucita. ... (ver texto completo)
8

Nuestros pequeños universos
huyen
como huyó todo lo que sombra tuvo
y fue
bajo la piel.
9

Llevo
en carne abierta
los trofeos
de la resurrección y el desarraigo.

Y en los cuerpos ajenos
el gran riesgo
de amarlos.
7

Mis pieles sucesivas
obsesivas
fueron aniquilándome
devastándome
al parecer en apariencia
y rescatarme luego
en carne viva.
8

Nuestros pequeños universos
huyen
como huyó todo lo que sombra tuvo
y fue
bajo la piel.
6

La carne.

Su batalla
entre la seducción y el desengaño.

De lo humano
hereda la imprudencia y el goce
de exponer su intemperie desnuda ... (ver texto completo)
7

Mis pieles sucesivas
obsesivas
fueron aniquilándome
devastándome
al parecer en apariencia
y rescatarme luego
en carne viva.
Entre la carne altiva
y sus jirones
un cielo sumergido todavía
sin playas.
6

La carne.

Su batalla
entre la seducción y el desengaño.

De lo humano
hereda la imprudencia y el goce
de exponer su intemperie desnuda
ante los astros.

Como único escudo
la piel.

Ese milagro. ... (ver texto completo)
4

Cuando la carne aúlla
o se desangra
el hombre resplandece en su verdad
de sed
de lumbre y brama
Entre la carne altiva
y sus jirones
un cielo sumergido todavía
sin playas.
3

La carne
sólo piensa cuando el pulso vacila
y en su lugar se instalan
los enigmas.
4

Cuando la carne aúlla
o se desangra
el hombre resplandece en su verdad
de sed
de lumbre y brama
Desde
el alba del hueso
la carne
es un latido anterior a sí misma.
3

La carne
sólo piensa cuando el pulso vacila
y en su lugar se instalan
los enigmas.
El cuerpo.

Sólo somos
su huésped transitorio.

Su más desheredado habitante
mortal.
Desde
el alba del hueso
la carne
es un latido anterior a sí misma.
Ana Emilia Lahitte

El cuerpo

A Jorge García Sabal y Alfredo Veiravé

Asumo
en huesos frágiles
el esplendor del ser y su destierro
mi médula salvaje ... (ver texto completo)
El cuerpo.

Sólo somos
su huésped transitorio.

Su más desheredado habitante
mortal.
Ana Emilia Lahitte

El cuerpo

A Jorge García Sabal y Alfredo Veiravé

Asumo
en huesos frágiles
el esplendor del ser y su destierro
mi médula salvaje
mi ambigüedad
tajeada por las uñas de Dios. ... (ver texto completo)
Ana Emilia Lahitte

El suéter de Fedorio

En los bordes raídos del suéter
de Fedorio
se arremansa la vida y sus historias.

Jamás
me atrevería a proponerle restañar ... (ver texto completo)
Quitárselo
sería desollarlo.

El suéter de Fedorio
es una hogaza
un libro de bitácora un sol un campanario
alguna melodía que se canta
sin que nadie la escuche.
Su intemperie
anuda cuanto ha sido algo más ... (ver texto completo)
Ana Emilia Lahitte

El suéter de Fedorio

En los bordes raídos del suéter
de Fedorio
se arremansa la vida y sus historias.

Jamás
me atrevería a proponerle restañar
esos hilos desgastados
reavivar los colores
las zonas percudidas como un abecedario
para ciegos. ... (ver texto completo)
Ana Emilia Lahitte

Amantes clandestinos

Uno
va internándose
en la fatiga horizontal que llega
a seducir los huesos
y el silencio
como si fuesen huéspedes fugaces ... (ver texto completo)
Vamos tendiéndonos
junto a nuestra sombra arropándonos con ella.

Hay un cambio de piel
que nos desnuda.

Y la fatiga invade.
Murmura otros idiomas
que no son extranjeros pero emplean
sin voz ... (ver texto completo)
Ana Emilia Lahitte

Amantes clandestinos

Uno
va internándose
en la fatiga horizontal que llega
a seducir los huesos
y el silencio
como si fuesen huéspedes fugaces
o amantes clandestinos.
Y un día
nos sorprende descubrirnos
dueños de una morada
abierta a la intemperie de toda soledad. ... (ver texto completo)