Buenas noches Antonio
Un abrazoooooooooooooooo
Un abrazoooooooooooooooo
Buenas noche VICTORIA. Ya ves como están los foros, aburridos y solo. Muy pocos foros, están animados. Facebook y otros, le están ganando.
Un abrazo y os dejo estas letrillas.
POSETES DE CORCHO
Brilla la Luna en el Cielo.
Brilla el Sol del mediodía.
Brillan tus ojos, morena;
Luceros de mi alegría.
Amanece el nuevo día,
Con aves revoloteando.
Con los arroyos corriendo.
Con caballos relinchando.
Va acariciando el rocío;
Las flores de la pradera.
Y sus gotas, van regando,
Todita la sementera.
Entre ramas de pinares;
Y los pernales de encinas,
Buscan, tórtola y rabuas;
Cobijo para sus crías.
Van saliendo ranacuajos;
A la orilla de las charcas.
Mientras se escucha cantar,
El gallo, en medio su jarca.
Los juncos, bien amarrados,
En la orilla la rivera;
Aguantan las embestidas,
Del agua que va a su vera.
Al ocaso de la tarde,
Con las sombrase alargadas,
Llega el gañan con su recua,
Terminando la jornada.
Busca refugio en la choza,
Con un buen facho encendido.
Con un buen tuero de encina,
Que estaba medio podrido.
El candil de la pared;
Con la pavesa alumbrando,
Sirve, para que el gañan,
Sus ropas, vaya mudando.
La mesa, destartalada,
Apuntala con tablones,
Con un cajón de cucharas,
Cuchillos y tenedores.
Con sillas apolilladas,
Y los posetes de corcho,
Descansan los buenos mozos,
Después de limpiar el rocho.
La crisis, se es que la había,
Ni siquiera se notaba,
Con esas gente felices,
Al acabar la jornada.
A. E. I.
Un abrazo y os dejo estas letrillas.
POSETES DE CORCHO
Brilla la Luna en el Cielo.
Brilla el Sol del mediodía.
Brillan tus ojos, morena;
Luceros de mi alegría.
Amanece el nuevo día,
Con aves revoloteando.
Con los arroyos corriendo.
Con caballos relinchando.
Va acariciando el rocío;
Las flores de la pradera.
Y sus gotas, van regando,
Todita la sementera.
Entre ramas de pinares;
Y los pernales de encinas,
Buscan, tórtola y rabuas;
Cobijo para sus crías.
Van saliendo ranacuajos;
A la orilla de las charcas.
Mientras se escucha cantar,
El gallo, en medio su jarca.
Los juncos, bien amarrados,
En la orilla la rivera;
Aguantan las embestidas,
Del agua que va a su vera.
Al ocaso de la tarde,
Con las sombrase alargadas,
Llega el gañan con su recua,
Terminando la jornada.
Busca refugio en la choza,
Con un buen facho encendido.
Con un buen tuero de encina,
Que estaba medio podrido.
El candil de la pared;
Con la pavesa alumbrando,
Sirve, para que el gañan,
Sus ropas, vaya mudando.
La mesa, destartalada,
Apuntala con tablones,
Con un cajón de cucharas,
Cuchillos y tenedores.
Con sillas apolilladas,
Y los posetes de corcho,
Descansan los buenos mozos,
Después de limpiar el rocho.
La crisis, se es que la había,
Ni siquiera se notaba,
Con esas gente felices,
Al acabar la jornada.
A. E. I.
