No hay plazo que no llegue ni deuda que no se pague.
Esto era un chiste tan pero tan malo, que le pegaba a los chistes más pequeños.
Es difícil recuperar el tiempo que se va, pero lo más triste del amor, es que aunque cada persona ama de distinta forma, siempre esperamos que nos amen como nosotros amamos.
El Juez- ¡Vamos Sr. abogado ¿Cómo está tan seguro de la inocencia de la acusada?
El Abogado.-si, es que es una de las cinco hermanas de mi mujer y si no sale libre me repasan las costillas.
El abogado a su defendido:

- Lo siento, pero ya no sé qué decir para librarte de la silla eléctrica.

- Pues yo tengo una idea fantástica... ¿Porqué no dices que fuiste tú?