OROPESA DEL MAR (Castellón)

Felicidad para todos

Durante una visita de rutina, el médico examinando a una joven y bella mujer le dice: - Su corazón, sus pulmones, su pulso y presión sanguínea, están en perfecto estado, ahora déjeme ver esa cosita que a ustedes, las mujeres, siempre las meten en toda clase de problemas. La mujer se desviste, tímidamente muestra sus partes íntimas y cuando el Doctor se voltea le dice:
- Pero, ¿porqué se desnuda? No, no, no..!
Póngase su ropa nuevamente..!
Sólo necesito que me enseñe la lengua..!

Cristina, no seas mala
este chiste es malo, pobre mujer.

Durante una visita de rutina, el médico examinando a una joven y bella mujer le dice: - Su corazón, sus pulmones, su pulso y presión sanguínea, están en perfecto estado, ahora déjeme ver esa cosita que a ustedes, las mujeres, siempre las meten en toda clase de problemas. La mujer se desviste, tímidamente muestra sus partes íntimas y cuando el Doctor se voltea le dice:
- Pero, ¿porqué se desnuda? No, no, no..!
Póngase su ropa nuevamente..!
Sólo necesito que me enseñe la lengua..!

Mariano Rajoy le pregunta a Angela Merkel ¿Puedo salir ya de la crisis? Y Angela Merkel le responde Cuando acabes los deberes. Suena a chiste pero es la realidad

Forrest Gump
Puede que no sea muy listo, pero sé lo que es el amor

La sinceridad es la raíz de todas las virtudes.

John Ruskin

La ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos. -Elizabeth Taylor

… la vida valdrá la pena mientras haya en el mundo seres capaces de hacer magia cuando profesan una pasión.

La música es un ejercicio aritmético ocultado del alma, que no sabe que está contando.

Gottfried Wilhelm Leibniz

Tengo una gran fe en los tontos; confianza en si mismo lo llaman mis amigos.

Edgar Allan Poe

Solamente tenemos la felicidad que hemos dado.

He cambiado, mírame a los ojos y descúbrelo. Porta

No rompas el silencio sino es para mejorarlo

La mujer del lucero dicen que tiene,
adelante la tolva y atrás el fuelle.

Se oscurece el mar. Las voces de los patos son vagamente blancas.

Matsuo Basho