Palpé su piel vibrante, su vientre estremecido,
y la humedad ardiente del recóndito nido.
y la humedad ardiente del recóndito nido.
Era un canto a la vida, manojo de temblores,
estallido en la sombra de ocultos interiores.
estallido en la sombra de ocultos interiores.