Tras la conquista del territorio por los cristianos, el
puerto se denominó Port del Cap de l'Aljub, término que aparece citado por primera vez en un documento de Jaime I de 15 de febrero de 1269. El nombre Cap de l'Aljub proviene de la existencia de un aljibe, elemento fundamental para el suministro de
agua potable a las instalaciones portuarias.