La ciudad se halla a orillas del Mediterráneo, en una planicie sorteada por una serie de colinas y elevaciones. El
monte Benacantil, con 169 m de altura, sobre el que se asienta el
castillo de
Santa Bárbara, domina la
fachada urbana y constituye la imagen más característica de la urbe. El Benacantil es una elevación rocosa, colindante con el
mar, de 169 metros de altura aproximadamente que tuvo un papel clave para la construcción del castillo de Santa Bárbara, y consecuentemente con el desarrollo de la ciudad española de
Alicante.