El rey Jaume II donó la villa al almirante Roger de Llúria en 1291. En el año 1430 volvió al poder real. A partir de 1447 el rey Alfons el Magnànim le confirmó su privilegio de tener representación en las Cortes Valencianas. Tras la victoria de Felipe V en la Guerra de Sucesión, donde
Alcoy apoyó la causa del Archiduque Carlos, se impone en el
Ayuntamiento una nueva forma de organización después de la pérdida de los Fueros en 1708.