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Gentilicio:
Situación:
A 56 kilómetros de Logroño, en la subcomarca de Haro, del que se encuentra a 20 kilómetros de distancia, lo mismo que Santo Domingo de la Calzada y Miranda de Ebro. Su amplio térino municipal -de 34,56 kilómetros cuadrados- está cubierto en sus dos terceras partes por cultlivos, siendo la agricultura su actividad económica por excelencia. Su población - que se mantuvo en 1.167 habitantes desde el año 1830 al 1900 - ha descendido a lo largo de nuestro diglo, tendencia que se aceleró a partir de 1950, en que contaba con un censo de 991 personas. Hoy, son alrededor de 250 los habitantes de la villa.
Ayuntamiento:
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Monumentos:
Iglesia de Santa María La Mayor. Edificio de piedra de los siglos XVI y XVII, aunque con diversas reminiscencias románicas( capiteles situados bajo el coro) y góticas (porta lateral). Presenta una sola nave con coro a los pies. En la cabecera, resalta el retablo central, de madera sin dorar, dedicado en parte central a la titular y en su segundo cuerpo a San Millán, quien aparece representado con vestimenta de párroco. A la aderecha de la cabecera, existe una reducida capilla con sepulcros: uno, con la figura yacente de un religioso, y el otro -fechado en 1543, pertenenciente a un personaje de la nobleza, tal como se desprende de un escudo tallado. Es la llamada capilla de los Salazar. Guarda en la sacristía un lilenzo gótico de notable factura que podría inscribirse ej la Escuela Castellama de Pedro Berruguete, varias casullas del siglo XV y una reliquia de San Millán ( su madre era de Treviana). Antigua Iglesia de la Concepción. También llamada capilla del Cementerio por encontrarse en el mismo. De estilo románico, pervive la cabecera o ábside a partir del arco triunfal, y los arranques de los muros norte y oeste de una nave. La cabecera, restaurada hacia 1970, presenta dos ventanales con arco lobulado que descansan en columnas acon capiteles románicos historiados. Recientemente se ha descubierto un arco de medio punto románico que descansa sobre columnas de gran tamaño. Ermita de Nuestra Señora de la Junquera. Emplazada sobre una acrópolis medieval, es románica, con abside semicircular con ventanal y decoración vegetal y denticulada que descansa sobre capiteles historiados. Posee espadaña y ha sufrido modificaciones arquitectónicas.
Fiestas:
Noche Vieja; San Blas y Santa Agueda; San Juan; San Marcos el 25 de abril(con romería a la ermita de Junquera);San Isidro el 15 de mayo(con procesión para bendecir los campos; Semana Santa (con procesiones los días de jueves santo y el domingo de Resurección);El domingo de Pentecostés, misa y procesión a la ermita, con actuación del grupo de danzantes que interpretan piezas usando palos y castañuelas. Bervenas y otras actividades culturales y deportivas.El 8 de septiembre - y últimamente, el fin de semana más próximo- fiestas en honor a la Virgen de Junquera el último fin de semana de agosto con romería a la ermita, comida de hermandad en la ermita, berbenas, actividades infantiles (teatro, juegos...)concierto de la coral de la localidad, competiciones diversas y pruebas evaluables para las competiciones de moto de trial de la zona, etc...
Costumbres:
Nada mejor para conocer las costumbes (y ya desaparecidos pobladores) del lugar que darse un paseo literario por los versos de un trevianés con alma de poeta. Es un bello retrato literario del lugar, sus vecinos y costumbres que pone de relieve el amor que en éste vecino nuestro despierta nuestro pueblo y la añoranza que siente al recordar su infancia en nuestros bellos parajes. FUE UN SUEÑO Fue en un día cualquiera al terminar la jornada, rendido por mi trabajo al acostarme en la cama, se cerraron mis pupilas y yo soñaba, soñaba. Soñé que ya de la ermita la procesión regresaba, la danza iba delante Perico y Aniceto tocaban, los hombres iban hablando y las mujeres rezaban. Tú, metida entre la gente en las andas te llevaban detrás seguían tres curas y el Ayuntamiento en masa, y mi madre entre la gente de la mano me llevaba, tenía unos diez años y esto es lo soñaba. Veía que de las andas te empezaste a despegar, y yo te agarré del manto no te fueras a marchar, la gente seguía andando sin ver lo que sucedía yo gritaba yo chillaba pero a mí, nadie me veía la procesión continuaba y Tú, subías, subías, mi pelo flotaba al aire, las lágrimas me salían. II Al alcanzar tanta altura de carácter sideral, mis fuerzas ya no aguantaron, y me tuve que soltar. Me encontraba en el abismo muy solo y abandonado, y girando entre los astros iba flotando y flotando, las estrellas me miraban los luceros sonreían, y cuando más les griaba ningún caso a mí me hacían. III Llegó un amigo "Un cometa" y al verme tan compungido, mie dijo: -Qué haces aquí muchacho que te veo tan perdido? -Una Señora me trajo y no se por donde ha ido. -Sube a mi espalda- me dijo- que tú no estás tan perdido. Dejamos atrás la luna y la Vía Lactea entera danzamos con aerolitos y atravesamos y tinieblas. Vi una luz cegadora y cruzamos la barrera. Fimos bajando y bajando hasta una inmensa pradera. Si, era una inmensa pradera con ríos y manantiales, al fondo cerrada de pinos de encinas y robledales, había un inmenso gentío. Todos con túnicas blancas hablaban con armonía se cruzaban, saludaban, Tú, sentada en una colina sonriente me mirabas. Yo, caminaba entre la gente que asonbrados me observaban, y vi caras conocidas, pero ninguno me hablaba. IV Y topé con un señor joven y de buena alzada, que tenía ojos azules y la paz en la mirada con el pelo hasta los hombros en barba aguileña y larga el único que me habló con voz amable y pausada. Me dijo: - ¿Cómo has llegado hasta aquí? Yo pregunté dónde estaba. Nos sentamos en el hierba puso su mano en mi hombro y de ésta manera me hablaba. V No ves aquella ladera que con casas castellanas, unas son de adobe y pobres y hay de piedra acomodadas, y que tienen una iglesia grande y con unos arcos en la plaza y que al clarear el día brilla el sol por la mañana. ¿No conoces ese pueblo? -Claro que lo conozco, está todo tan cambiado. Es mi pueblo, es "TREVIANA". VI Pues todos los que aquí ves, que puedes contar por cientos, nacieron todos allí, y por tanto allí murieron. Yo, incliné la cabeza y entonces me puse triste. Vi sus pies, después sus manos que tenían cicatrices. Mi pueblo: Era una imagen parada todo él estaba quieto cuando levantó la mano allí empezó el movimiento. VII Todas las casas con humo y los perros que ladraban los niños con los almuerzos, las mujeres con la masa, otras hacia el lavadero, otras por agua a la plaza. Las eras llenas de gente que canciones entonaban, para aliviar el trabajo hasta los carros cantaban pues era un día de agosto de calor, calma y sin viento. ¡Y me dijo aquel Señor!: - ¿quieres contarme muchacho lo que sepas de tu pueblo?-. VIII Le dije: -Mira, arriba hay un hospital sin médico ni enfermera, puede dormir cualquier pobre una o dos noches cualquiera. La estancia es muy humilde, no es hospital de postín, les dan calor, cama y cena Margarita y Florentín. IX Más abajo la "Botica" que ahora llaman farmacia, la regenta D. José un santo donde los haya. Un hombre entregado al pueblo con entero sacrificio tenía de día y noche la"botica"a su servicio. Si le daban la receta, apenas la contemplaba, siempre daba algún consejo. No hablaba sino gritaba. Era muy corto de vista pero de bondad muy larga ¡Muchacho! me dijo un día: -yo se bien desde la cama que personaje está enfermo tan sólo por la llamada. Si a deshora de la noche oigo lunas largas zancadas, y atropellando mi puerta le pegan fuerte a la aldaba ya no vale preguntar es que la yegua está mala. Si no les oigo venir y es muy suave la llamada entonces es que están malos, el padre, la madre o la hermana. X Más abajo está el cuartel y más abajo la plaza, los niños juegan con trompas y las niñas con las tabas. En corro cinco maestros que entre ellos conversaban Dª Casilda, Dª Juana, D. Salvador, D. Manuel y D. Sebastián Cebollada. Se asoma D. Zacarías en el balcón de la plaza cerraba el Ayuntamiento y a la charla se apuntaba. Salen de misa dos curas y Raimundo el que tocaba. XI Muy cerca han montado un bar apodado el "BATAKLAN". Están en el mostrador José María y Pilar. Bajando está el matadero y a las seis de la mañana se juntan los acarniceros están matando con maña cabra, ovejas, corderos, y recoge las entrañas una buena persona, Consuelo. Y la señora Elisea siempre vestida de negro, ella recoge la sangre y la cuece con esmero en aquel barreño blanco que brillaba como el cielo consuelo de los estómagos de grande y de pequeños. Al acabar la faena los tres acruzan por la plaza Frutos, la Hermene y Casiano marchan con la res al hombro y la asadura en la mano. XII Ahí tenemos un frontón donde se parten las manos Melchor y Antonio Corcuera con los Kikes los gitanos. Muy cerca está la posada, es en aquella plazuela donde los carros aparcan, unos que venden los trillos, otros, que venden las cabras, otros, cerdos negros de jabugo que hoy conservan tanta fama. Allí descansan arrieros y la gente peregrina les dan cuadra, cama y cena Francisco y Marcelina. XIII ¿No oyes el cantar de un yunque? y el eco por la vaguada ese es Santiago Serrano que trabajando en la fragua lo mismo te hace una llave que te echa boca a la azada. XIV Y siguiendo hay una casa, parece que se quemaba, el hormo de hacer el pan que le atiende la Romana y le alimenta Jacinto de rodillas en la paja. XV Mira que modernidad por el puente " La Coneja" allí que aparece un coche parece una metralleta que va pegando explosiones y de cuneta a cuneta primero fue de Gregorio ahora le tiene Marqueta y como no hay gasolina va con gasógeno a cuestas. XVI Por allí baja un pastor va comiendo por la cuesta. Ese se llama Jacinto el que cuida las ovejas, y aquel que baja tocando con una gaita dorada ése se llama Domingo es el que cuida la dula. Esteban toca detrás es el que cuida las cabras. XVII Mira: Ya no sé qué más contarte -le dije- es una historia muy larga. -Vuelve la vista- me dijo -mira lo que hay a tu espalda. Al volver la vista ví a Jacinto, a Domingo el de la dula y a Esteban el de las cabras que brillaban más que el sol con su sonrisa en la cara. XVIII Mira: Me dijo mi amigo- éste que cuidaba ovejas, éste que cuidó la dula, y éste que cuidó las cabras, no conocieron zapatos ni casi las alpargatas. Sólo cubrían sus pies según la estacíon mandada, si era verano con trapos si era invierno con pieles. Pero siempre con abarcas andaban por los caminos con nubes de polvo y agua para descansar el suelo con el sol, y con las moscas con el frío y la escarcha, por la noche les tocaba, dormir en camas de paja fueron gente muy sencilla. me dijo: de nada tenían nada. Llegaron con el zurrón con un palo y una manta trajeron como equipaje solo la paz de sus almas que equipaje tan ligero para una estancia tan larga. Vinieron con sus manos limpias aunque apenas se lavaban porque no las tocó el dinero ni el engaño ni la trampa. Sus manos eran callosas por el roce de la vara. XIX Yo, me quedé pensativo y entonces se hizo el silencio. Me despedí de mi amigo y me encaminé hacia Tí para iniciar el regreso. Cuando ya estaba a tu lado, entonces "desapareciste"...
Historia:
Etimología: Según el prof. Guillermo Tejada, dos pueden ser los orígenes del topónimo "Treviana/Trebiana/ o Trepiana" -que lo mismo son-: Por una parte, podría ser un hidrónimo compuesto en aumentativo de "t (u) r+evia-ana", como "río de río" o "río afluente", en aumentativo por la importancia del río o de la fuente en que nace; o tricompuesto, de morfología parecida, de "t (u) r+ebia+ana", como "río de río de río" o "río subafluente". Y por otra parte, podríamos pensar, apoyándonos en su hidrografía, en una palabra compuesta de "Tre" = "Tres", más el hidrónimo, derivado de "avia/aua/aba" con perdida de la vocal inicial, "viana/viena", "río"; es decir, su nombre vendría a significar 'lugar de "los tres ríos". Cualquiera de las anteriores explicaciones pudiera ser la verdadera, pero el prefijo "tre" y su geografía local nos hace pensar en "tres/tri" -palabra romance, ya medieval- delante de una palabra celta, que nos hace pensar en un origen medieval del poblado.
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