Es una obra construida, en su mayor parte en el s. XVI, en mampostería y sillería, de una sola nave con cinco tramos. En 1998, se realizó una acertada rehabilitación que permitió eliminar la
bóveda rebajada en el siglo XVIII, dejando un hábitat diáfano al recuperar los
arcos apuntados originales que sustentan la actual cubierta de madera. Posee un gran
arco de medio punto en el
ábside y un
coro elevado sobre lunetos.
Su
torre, de características singulares y fácilmente reconocibles, se encuentra a los pies de la
iglesia y está formada por dos primeros cuerpos en sillería y mampostería. En cuanto al tercero, de planta octogonal, es un magnífico ejemplar de
arquitectura en ladrillo. El buen estado que la torre muestra en la actualidad se debe a su intervención de restauración durante la
primavera del 2006.
El
retablo mayor posee zócalo, cuerpo y ático, con triples
columnas corintias; es de estilo clasicista de principios del siglo XVII, con imagen titular de
Santa Catalina (de 1600) y pinturas sobre tabla de
San Roque y San Antón en el zócalo y de la Asunción en la parte superior.
Es destacable el retablo del
Cristo en el lado de la epístola con pintura del
Calvario al fondo, datado en la misma época que el retablo mayor. En el lado del evangelio resalta la imagen y el retablo clasicista de la
Virgen del Rosario de la primera mitad del s. XVII; con añadidos rococó de la segunda mitad del XVIII. Es de reseñar, también, un Crucifijo manierista del s. XVI, además de otros objetos litúrgicos de valor.