Muchas gracias Jones por fotografiar mi casa.
Vista entera en su conjunto la parte de mi padre y la de mi tío Eliseo, como la hizo mi abuelo Cirilo con la ayuda de sus hijos, todavía demasiado niños como para ser responsables (contaba mi padre que se ponían a jugar en lugar de atender las demandas de su padre y éste acababa tirándoles con los ladrillos rotos o corriendo detrás de ellos por las choperas).
Ya conté alguna vez que de pequeña esta casa me fascinaba porque estaba rodeada de frutales: (ciruelos, higuera, almendro-más alto que la casa-, perales, granado o mengrano y manzano y las flores (estas últimas por amor de mi tía Irene), además de estar cercada por una alambre de esa conejera.
Por otro lado estaba y está la fuente que fué tan importante en el cortejo de jóvenes y las tertulias en tiempos de nuestros padres.
Y ya me queda por relatar... aquellas frondosas choperas que dejaban la casa como en medio del bosque, y las veces que los gitanos se hospedaban en ellas y la vida que tenían las huertas de Valdecañas y por ende el barrio.
Me parecía que la casa estaba apartada del pueblo... lo que es la imaginación de los niños, ahora la siento completamente integrada.
Vista entera en su conjunto la parte de mi padre y la de mi tío Eliseo, como la hizo mi abuelo Cirilo con la ayuda de sus hijos, todavía demasiado niños como para ser responsables (contaba mi padre que se ponían a jugar en lugar de atender las demandas de su padre y éste acababa tirándoles con los ladrillos rotos o corriendo detrás de ellos por las choperas).
Ya conté alguna vez que de pequeña esta casa me fascinaba porque estaba rodeada de frutales: (ciruelos, higuera, almendro-más alto que la casa-, perales, granado o mengrano y manzano y las flores (estas últimas por amor de mi tía Irene), además de estar cercada por una alambre de esa conejera.
Por otro lado estaba y está la fuente que fué tan importante en el cortejo de jóvenes y las tertulias en tiempos de nuestros padres.
Y ya me queda por relatar... aquellas frondosas choperas que dejaban la casa como en medio del bosque, y las veces que los gitanos se hospedaban en ellas y la vida que tenían las huertas de Valdecañas y por ende el barrio.
Me parecía que la casa estaba apartada del pueblo... lo que es la imaginación de los niños, ahora la siento completamente integrada.