MURCIA: Al otro lado del puente de los peligros, que se ve...

Al otro lado del puente de los peligros, que se ve en la foto, corría el año 1959, yo tenía unos 13 años y medio, cuando mi madre me envió con una receta a la farmacia. Yo vivía en Torre de Romo y vine desde allí, cruzando, el jardín de Floridablanca, la Plaza de Camacho y subí al puente que se ve en la foto. Lo estaba cruzando hacia la Gran Vía, y, de pronto, una ráfaga de viento me arrebató de la mano la citada receta y fue a caer al río, por el lado izquierdo, por aquel costado, según se mira la foto. Entonces el río no estaba canalizado como ahora, estaba en plan salvaje. La receta fue a caer a una de las orillas del río (si te asomas por aquella barandilla, la receta fue a caer en la ribera derecha, entre la maleza, jaramagos, hierbajos, objetos arrojados al río y ratas). Se me vino el mundo encima. La duda me duró un parpapadeo. Ni corto ni perezoso, corrí por el puente hacia la Gran Vía, y, cuando se acabó el puente, doblé a la izquierda y corrí hacia el Malecón, y cuando la barandilla del río fue lo suficientemente baja, me encaramé en ella y salté a la ribera del río, corrí como un loco hacia el puente y rebusqué entre la maleza, hierbajos y jaramagos. Y allí estaba, el viento no la había arrastrado a las aguas. Me abalancé hacia ella y la atrapé. ¿Qué hice después? Empezar a llorar, sí, a llorar. Ya más tranquilo, desanduve el camino, salté a la acera y me fui, contento por mi proeza, en busca de una farmacia.

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