Su labor era proteger la entrada a la
bahía de
Cartagena junto a su gemela, la Batería de Cenizas situada en el cabo Negrete, en un fuego cruzado que impidiese la entrada de elementos hostiles. Durante la guerra civil española realizó una descarga contra la armada franquista en abril de 1937, si bien la presencia de las fortificaciones que rodeaban la ciudad bastó para mantener alejado a cualquier buque enemigo.[