Con todo, y pese al azote de otra plaga en 1676, a finales de siglo el número de habitantes se contaba en una cifra superior a los 10 000. El
puerto de
Cartagena se convirtió en principal base
militar de la política mediterránea de la Monarquía Hispánica con respecto a sus posesiones en
Italia y de contención del poderío turco y berberisco.