Efectivamente, en 1502 se produce un primer desembarco en la costa cartagenera, en las Algamecas, que fue detenido por el alcaide del
castillo de la Concepción en la
rambla de Benipila, en las proximidades de la misma ciudad. En respuesta a esta situación serían erigidas décadas más tarde una serie de
torres de vigilancia costera a lo largo del territorio litorial, a fin de prevenir estas incursiones.