El rey Alfonso X manda construir sobre la primitiva alcazaba musulmana el
castillo de la Concepción, obra que guarda muchas similitudes con el castillo de Lorca y con el que comparte marcas de cantero. Sin embargo, durante el episcopado de García Martínez, el segundo obispo de la diócesis, este decide, con el consentimiento del rey Sancho IV, trasladar la sede episcopal y el cabildo a
Murcia.