Existe constancia histórica de la existencia de una diócesis en
Cartagena por la presencia documental de un obispo de Cartagena, Héctor, quien asistió en 516 al Concilio de
Tarragona, continuándose la presencia de obispos de esta sede en los sucesivos concilios de la
iglesia visigoda. A pesar de la constancia de la existencia de la diócesis en tiempos anteriores a la dominación musulmana, no existe, hasta el momento, ningún resto arqueológico o documental sobre la existencia de una
catedral del obispado de época bizantina o visigoda en la ciudad.