Torre y
santuario debieron ser reconstruidos en 1946 tras su derrumbe y abandono. Durante el fervor minero mazarronero, a finales del XIX y principios del XX,
Bolnuevo no queda dentro de las estadísticas poblacionales más significativas, seguía siendo un pueblecito de pescadores, al igual que las vecinas Cope, Calabardina o Alamillo, dedicadas al antiguo
arte de
pesca de la almadraba.