Situado en el noreste del municipio, y actualmente en el interior de una
finca privada, este poblado cobró importancia desde el siglo XII. Perteneció al Real de Manzanares, del que se segregaría en 1370, y tras distintos avatares, fue
comprado por Felipe II al duque de Maqueda con el objeto de disponer de nuevos cotos de
caza. A sus vecinos, además del pago de las propiedades, se les concedió una protección especial al garantizar su traslado a otras zonas. Se derribaron todas las construcciones excepto alguna vivienda principal como la
Casa Real, mandada construir por Isabel I en 1502 y que solo sufrió obras de mejora que finalizaron en 1598. Todo el terreno quedó incluido dentro de La Cerca y se comunicaba con El Campillo a través de una avenida de
árboles.