EL CRISTO DEL PARDO
La tristeza de expresión
sobre su rostro se nota,
no hace falta comprensión
para sentir lo que flota.
Una imagen que te marca
es el Jesús del Calvario,
y el sentimiento te embarca
en su mundo solidario.
La fuerza de su mirada
es tan grande en el silencio,
que se te queda clavada
cómo su fuera un misterio.
El Pardo tiene guardado
la bella imagen sagrada,
es un lugar encantado
de tarde y de madrugada.
Un escultor con escuela
aquel Gregorio Fernández,
aunque el tiempo va que vuela
por él no pasan instantes.
Sentir sus lagrimas vivas
en su rostro tan divino,
sientes cómo te motivas
sin ser un fiel peregrino.
Toda la imagen es arte
con su mundo de tristeza,
ese Cristo hasta comparte
su castellana nobleza.
Entre suspiros rezados,
El Cristo vive esperando,
que cristianos encantados
le sigan siempre adorando.
G X Cantalapiedra.
La tristeza de expresión
sobre su rostro se nota,
no hace falta comprensión
para sentir lo que flota.
Una imagen que te marca
es el Jesús del Calvario,
y el sentimiento te embarca
en su mundo solidario.
La fuerza de su mirada
es tan grande en el silencio,
que se te queda clavada
cómo su fuera un misterio.
El Pardo tiene guardado
la bella imagen sagrada,
es un lugar encantado
de tarde y de madrugada.
Un escultor con escuela
aquel Gregorio Fernández,
aunque el tiempo va que vuela
por él no pasan instantes.
Sentir sus lagrimas vivas
en su rostro tan divino,
sientes cómo te motivas
sin ser un fiel peregrino.
Toda la imagen es arte
con su mundo de tristeza,
ese Cristo hasta comparte
su castellana nobleza.
Entre suspiros rezados,
El Cristo vive esperando,
que cristianos encantados
le sigan siempre adorando.
G X Cantalapiedra.