EL ATAZAR: EL CAZADOR CAZADO ...

EL CAZADOR CAZADO
Aquel domingo era la cacería de jabalís, antes de esa fecha, tuvieron que apuntarse en la bolsa de caza mayor de aquella central y bonita provincia, los dos cazadores tenían algunas diferencias, y aunque en público, lo solían ocultar, en sus mentes estaban grabadas ciertas rencillas amorosas, ya que los dos hombres habían sido contrincantes en diferentes situaciones, incluso corriendo en el colegio donde estuvieron estudiando de jóvenes, los dos habían nacido en el mismo barrio de la ciudad, los dos habían estado en la misma pandilla, y los dos tuvieron la misma novia, lo que pasó es que el hombre más alto, se llevo a la mujer que los dos quisieron, y era en aquellos momentos una buena esposa, lo que al hombre más bajo le parecía muy mal, ya que seguía pendiente de ella, por si algún día cambiaba de opinión, referente a su marido, antes de la cacería, el hombre más bajo, pensó, como tenga la oportunidad de dispararle alguna bala de las que disparamos a los jabalís, no perderé esa oportunidad, para vengarme de su traición, cosa que no era verdad, ya que la mujer se decidió por el que más la agradaba. Aquella mañana del mes de noviembre, los dos contrincantes se dispusieron viajar a el lugar de caza, que había unos 60, kilómetros de la ciudad, la mañana era perfecta, no hacía demasiado frío, para ser la falda de la sierra, además de tener cerca un pantano bastante grande, una vez llegados al control de cazadores, fueron sorteados sus puestos para la caza, y cada cual ocupo el suyo, el hombre bajo, tenía entre medias de él y su contrincante, más de 200, metros, pero su cabeza no estaba en la caza, todo era darle vueltas para ver como podía eliminar a su viejo rival, de pronto se diviso un jabalí que venía herido, y en ese momento el hombre bajo disparo, sobre el animal, que en esos instantes era peligroso, ya que los jabalís atacan de frente cuando se ven heridos, el animal cayó muerto junto a su puesto de caza, y en esos momentos pensó, como se acerque este hipócrita le mato sin dudar, luego ya me arreglare para decir que me equivoque de animal, no fue esa la situación que esperaba, ya que nadie se movía de sus puestos de ojeo, y el hombre bajo, esperaba que por casualidad le pudiera tener en la mira de su fusil de caza mayor, toda la mañana la paso obsesionado, con poder eliminar a su adversario amoroso, al tocar el final de la caza, llegado el mediodía, el hombre alto, como si presagiara que su antiguo compañero de clase, le deseaba matar, camino siempre acompañado de más cazadores, si darle la oportunidad de poder el hombre bajo eliminarle, se hizo el reparto de caza, pero el hombre bajo no le interesaba nada, y salió camino de la carretera, pensando que podría hacer para cumplir su objetivo, su mente era un volcán en erupción, se mordía las uñas de los dedos, sin saber qué hacer en aquellos momentos, pero se daba cuenta que podían verle, y reconocerle los compañeros de caza, por fin decidió marchar a la ciudad, y esperarle en la puerta de su casa, que era su propio barrio, e intentar que fuera como una discusión entre cazadores, y así acabar con su vida. sin pensar que allí era demasiado conocido, esperó más de una hora y su enemigo no llegaba, tuvo la suerte en este caso de cara, su contrincante, ya que su coche pincho, y tuvo que cambiar la rueda, que después le arreglarían en un garaje subterráneo, donde los domingos trabajaban, en tal fatalidad se le fueron un par de horas, lo que hizo que el hombre bajo, fuera visto por varias personas, y se dieron cuenta que llevaba debajo de su cazadora, la carabina de ir de caza mayor, una vecina le observo, y se dio cuenta que los ojos les tenía como rojos, su vista era todo sobresaltos, y sin dudar llamo a la policía, que no tardo ni dos minutos en presentarse, y aunque llevaba escondida el arma, fue registrado y llevado a comisaría, donde una vez dentro llego a mentir, diciendo que la carabina se la iba a vender a un amigo de juventud, cosa que el comisario puso en duda, después de quitarle el arma, salió camino de su casa, eso sí, maldiciendo su destino, por no a ver logrado su propósito de anular al hombre que le quito a la mujer que él quería, y que nunca podía olvidar, al llegar a su casa, no comento nada, a sus padres, solo esperaba otra oportunidad. G X Cantalapiedra,