Vaya, vaya, vaya. Sorpresa. El ganadero imaginario, después de repetir por enésima vez el mismo escrito -¿hasta cuando y hasta cuantos?¿hasta el 5999?¿hasta el 10?-, apunta un pequeño atisbo de argumentación, de escritura propia e incluso argumentada. Está claro, no te acostarás sin aprender una cosa más.
Y me pide que conteste a lo que puntualmente me pregunta, ¿a cual de todas esas preguntas? ¿A todas? Eres un poquito cotilla. Y pesadito. ¿no te parece?, pero si sigues portándote con cierta educación a lo mejor te hago un poco de caso, me río menos de ti y te trato como se debe tratar a una persona civilizada.
Y como veo que, como les ocurre a otros aquí, no interpretas bien lo que lees, te remito a mi escrito de ayer, para que veas que yo no compito con nadie, no lo necesito, al revés, ya dije que si algo admiro en los demás, e incluso tengo sana envidia de ello (si es que la envidia puede ser sana), eso es la cultura. Por lo que en eso no compito con nadie, ni me pongo a la defensiva, al revés, intento aprender de quien sepa más que yo, que son muchos, aunque está claro que tu no te encuentras entre ellos. Y no creas que hago burla de ello, no me río de quien no sabe, cada uno tiene la educación y conocimientos que le dieron. Está claro que se puede hacer más por aprender, la vida es una escuela continua, todos los días se puede aprender algo, y de quien menos te lo esperas. Por tanto, no me río de quien no sabe. Si lo hago contigo no es por tu falta de conocimientos, sino por tu mala educación, tu frustración y odio hacia mi, que surgió sin que yo te hubiera dirigido la palabra siquiera.
Bnb.
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