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TIANA: II: +...

II: +

Seminario Menor Diocesano de Barcelona: 20 de septiembre de 1953
Apreciados Manuel y Fermina Hernández: Apreciados en nuestro Señor:
El motivo de escribirles esta carta urgente, es para precisar, si hubiera lugar, que el alumno Justo, vuestro hijo, es esperado en este Seminario Menor, de Tiana, el día 25 del corriente, y que su incorporación deberá efectuarse a las 14 horas. Le adjuntamos la lista de pertenencias que debe traer. La dirección donde podrá recoger y depositar las mudas, que semanalmente necesitará la encontrará en dicha lista.
Firmado: Vuestro humilde servidor Rector Seminario Menor Conciliar Dr. Altés.

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La Conrería, Seminario Menor, a 27 de septiembre de 1953
Queridos padres y hermanos: Unas letritas para deciros que ya hemos empezado el curso. Somos 44 alumnos de Primero Humanidades. Desayunamos a las 8 de la mañana, después de oír misa. Bollos, café con leche, Mermelada. Comemos a las 2 de la tarde de todo: Filete de ternera, - no me gustan – huevos 1 Por cabeza, y purés o unos cocidos de garbanzos sin tocino y con verduras revueltas. Está muy bueno. Otros días, ensalada de lechugas – sin agua- con un poco de aceite por encima, pero sin sal ni vinagre. Y detrás garbanzos, lentejas o monchetas con butifarra. Menos la carne, todo me gusta. Se come muy bien. Para cenar hay todos las noches una sopa y queso o chope. Y de postre frutos secos.
En mi dormitorio somos 24 alumnos Dormimos entre armario y armario, con las puertas de éstos, abiertas. Nos divertimos mucho, gastándole al padre de guardia bromas: Le tiramos bolindres que ruedan por debajo de las camas, y él va corriendo de un lado para otro diciendo: ¿Quién ha sido? ¿Quién ha sido?.
Se llama como yo y no le decimos Mossen, sino D. Justo No sufráis pensando que os echo de menos. Bueno, sí un poco. Pero tenemos vacaciones cada tres meses, y vosotros podéis venir a verme todos los domingos.
Yo rezo todos los días por vosotros. El otro Mossen que se ocupa de nosotros por la mañana, se llama Mn. Campo y es muy bueno.
Muchos besos de vuestro hijo y hermano. Justo.

PS. Algunos de los menores han estado llorando estos dos días: Sobre todo por la noche. Pero yo no. ¿Y Ajofito? ¿Pregunta por mí? ¡Ha roto ya la espada de madera que le hice!

Primer amanecer:
Son las siete en punto. Salvador, el seminarista que entró después de los primeros dos meses de curso, y va saltando clases, se encarga también de tocar la campana: Un repiqueteo de un minuto, una pausa, otro repiqueteo otra pausa y repique final con campanadas largas. Es la hora de levantarse.
El dormitorio de los pequeños, se transforma en un avispero con su bordoneo laborioso. Los nuevos, cuchichean empujan las puertas de los armarios que les sirven como de biombo procurándoles un poco de intimidad, vuela alguna almohada, salen los primeros camino de los aseos arrastrando los zapatos deslazados. Mossen Campo, entra por la puerta de la escalera, dando palmadas:
¬ ¡Ave María Purísima! Niños, arriba. ¡En silencio a los lavabos!
¬ Sin Pecado concebida.
Le responden algunos entre borborigmos: Los ruidos se van desplazando hacia los lavabos, y ahora se oyen los caños salpicar, los cepillos de dientes restregar y el barboteo de los ruidosos chicos que se divierten.

Seminario: Diario 14 de octubre de 1954

Las ocho y pico. Estoy triste. Acabo de venir de la habitación de Sr. Rector. Éste, tan cariñoso como siempre. Mañana hay excursión, yo aprovecharé el día para ir a dar un “sablazo”... Me duele pero ¿Qué remedio? ¿De dónde lo sacaría si no? Con mis catorce años ya cumplidos quisiera tener la satisfacción de ganar mi vida con mis solos medios, pero no puedo. He de conformarme viendo como voy gastando dinero y más dinero que no es mío, si bien me lo dan voluntariamente creyendo ver en mí un futuro sacerdote.
Dan a otro porque ellos no se ven capaces de hacer como el hijo rico de la parábola “Déjalo todo y sígueme” Así que me dan dinero y me prestan las intenciones que ellos quisieran tener.

15 de octubre:
Recuerdo y transcribo: Fui a casa: No pude ver a mi madre. Estuve en casa de Jesús Gálvez y su hermana y madre me contaron cosas de Joaquín G. Y de M. ¿Cómo pueden dos seminaristas hacer esas cosas? Por sus culpas somos dos seminaristas menos en el curso.

También vi al Señor Arzobispo. Era su santo o su cumpleaños no recuerdo ya. Nos regaló una estampa de la Virgen, y para todo el Seminario, un corderito blanco precioso. Un regalo del Pastor de la Diócesis a sus futuros pastorcillos. Me tocó en suerte llevarlo al Seminario Mayor Y luego traerlo al Menor. El Señor Ventura, el portero ya había comprado un biberón y le tenía preparada la leche. Hasta lo había bautizado: Estrella. Nosotros lo llamaremos Bambi por que es macho.