Ayer estuve en Riego, apenas unas horas. Fui a llevar a mi hijo el mayor y a recoger al pequeño. Hoy hemos vuelto a Bilbao por unos días: son fiestas en Getxo y tenemos turno de txosna. Ayer por la terde, después del viaje, a última hora, me senté (mejor dicho, recosté) en un viejo sillón de mimbre en el corral de mi suegra. Se estaba bien. Yo diría que muy bien. Soplaba una brisa tenue y en la lejanía el cuco se hacía notar. Me quedé frito, como un bebé. Cuando desperté, casi en estado de coma, ... (ver texto completo)