Con nula participación popular, se celebró en Villalpando el llamado “Día de la provincia”. Por la mañana en el acto institucional las gentes de Villalpando pasaron olímpicamente del acontecimiento. La pantalla situada bajo los soportales del ayuntamiento estuvo de adorno. Casi nadie se acercó a oír lo que allí se decía, como si la cosa no fuera con ellos, (que no iba, claro está). Las causas pueden ser múltiples, pero quizá una de ellas fuera que no se había invitado al pueblo a acudir a la Plaza Mayor con este motivo. La invitación que se dio, era para un vino español a las seis de la tarde, en la propia plaza.
Con esta nula participación popular, vemos como los políticos van por una lado y el pueblo por otro. Cada uno cuenta su historia, bla, bla, bla, y ya está. Por palabras que no quede.
Hemos podido leer en la prensa local como el presidente de la Diputación elogiando a los alcaldes y concejales decía que su acción era “guiada por los principios de servicio público”: Sí, pero no todos. Otros se sirven del público, que parece igual pero no lo es.
Otra bonita frase de su discurso fue:” «no es una actividad negativa en si misma, lo son actitudes o acciones concretas de políticos que anteponen sus intereses propios a los de los ciudadanos, olvidando a los que representan». Que tomen buena nota algunos ediles.
Otra frase: ”… enfatizar en el diálogo -fue la palabra más repetida- institucional sin «política de imposición, sino de colaboración, entendimiento y apoyo mutuo”. ¿a que suena bien? Pero la realidad es bien distinta.
Las invitaciones individuales repartidas a domicilio, sirvieron para acercarse a dos mostradores situados en los soportales, sin luz, ni agua corriente, atendidos por profesionales de bares del pueblo, no todos quisieron participar y prefirieron atender su propio negocio.
Y mientras los primeros salieron a la calle a despachar el vino español, (hacía frío), otro, el más afortunado, obtuvo el privilegio de que las invitaciones dadas a los políticos en la comida sirvieran únicamente para una consumición en su establecimiento. Se supone que habría algún motivo para ello y no precisamente el político. Sería bueno saberlo.
Representantes del PSOE lo han calificado de un acto partidista, según podemos leer en la prensa, y no les faltará razón, pero ocurre que ellos no han actuado sincronizados, mientras unos no acudían a la comida otros del mismo partido si lo hacían, dando una muestra de división que confunde al personal.
C.
Con esta nula participación popular, vemos como los políticos van por una lado y el pueblo por otro. Cada uno cuenta su historia, bla, bla, bla, y ya está. Por palabras que no quede.
Hemos podido leer en la prensa local como el presidente de la Diputación elogiando a los alcaldes y concejales decía que su acción era “guiada por los principios de servicio público”: Sí, pero no todos. Otros se sirven del público, que parece igual pero no lo es.
Otra bonita frase de su discurso fue:” «no es una actividad negativa en si misma, lo son actitudes o acciones concretas de políticos que anteponen sus intereses propios a los de los ciudadanos, olvidando a los que representan». Que tomen buena nota algunos ediles.
Otra frase: ”… enfatizar en el diálogo -fue la palabra más repetida- institucional sin «política de imposición, sino de colaboración, entendimiento y apoyo mutuo”. ¿a que suena bien? Pero la realidad es bien distinta.
Las invitaciones individuales repartidas a domicilio, sirvieron para acercarse a dos mostradores situados en los soportales, sin luz, ni agua corriente, atendidos por profesionales de bares del pueblo, no todos quisieron participar y prefirieron atender su propio negocio.
Y mientras los primeros salieron a la calle a despachar el vino español, (hacía frío), otro, el más afortunado, obtuvo el privilegio de que las invitaciones dadas a los políticos en la comida sirvieran únicamente para una consumición en su establecimiento. Se supone que habría algún motivo para ello y no precisamente el político. Sería bueno saberlo.
Representantes del PSOE lo han calificado de un acto partidista, según podemos leer en la prensa, y no les faltará razón, pero ocurre que ellos no han actuado sincronizados, mientras unos no acudían a la comida otros del mismo partido si lo hacían, dando una muestra de división que confunde al personal.
C.